Introducción*
Carlos
Barros
Universidad de Santiago de
Compostela
Del 14 al 18 de julio de
2004 tuvo lugar en la Universidad de
Santiago de Compostela, bajo el patrocinio del Plan Xacobeo de la Xunta de
Galicia, el III Congreso Internacional Historia a Debate, cuyas actas tenemos
el gusto de presentar hoy[1]
editadas, como viene siendo habitual, en tres volúmenes: "Reconstrucción" (tomo
I), "Historiografía inmediata" (tomo II) e "Historiografía global" (tomo
III). Libros que actualizan, al tiempo
que complementan, los nueves tomos anteriores[2],
producto de los macro congresos celebrados durante los años jubilares
compostelanos de 1993 y 1999. Doce volúmenes que resumen (en español,
portugués, inglés y francés) los balances, discusiones e innovaciones habidos
en la escritura de la historia en años cruciales de transición del siglo XX al
siglo XXI. Puesta al día del oficio de historiador que no tiene parangón
internacionalmente, constituyendo una
referencia bibliográfica imprescindible, dentro y fuera del ámbito
académico latino, para saber adónde va la historia en este nuevo siglo: sea
para preparar un proyecto docente en concursos a plazas de profesores
universitarios de historia; impartir docencia actualizada sobre metodología,
historiografía y teoría de la historia; o, simplemente, remozar individualmente
enfoques y temas de la investigación histórica.
Nos
dirigimos con esta publicación colectiva por tanto, una vez más, a los colegas
que, independientemente de su edad y estatus académico, piensan como nosotros
que ser "buen historiador" va más allá del uso de las fuentes: exige
innovación, reflexión y conexión con el tiempo acelerado que vivimos, también
historiográficamente. Actualización necesaria que hemos tratado de implementar,
desde 1993, mediante grandes congresos cada cinco o seis años, y continuamente,
desde
El congreso más importante
Presentamos en estas Actas en
papel los textos de las 110 ponencias y de las transcripciones de los debates
en las 17 mesas redondas[4]. También pueden consultarse en
nuestra página web, www.h-debate.com,
materiales multimedia relacionados con la preparación y realización del III
Congreso, que enriquecen sus aportaciones: 1) los resúmenes de las ponencias
presentadas con los Curriculums Vitae de
sus autores[5]; 2) las
48 horas de vídeos de la transmisión en directo, por videoconferencia a través
de nuestra web, de una parte sustancial
de las conferencias, ponencias y mesas de debate[6]. Además de otros datos sobre
difusión digital y mediática, reseñas académicas[7],
avatares del congreso, fotos y demás elementos gráficos, que contextualizaron
nuestro congreso como acontecimiento histórico e historiográfico[8].
El nivel de las contribuciones y
los debates del III Congreso ha estado condicionado por dos variables: la
existencia de una extensa[9]
"comunidad académica de nuevo tipo"[10],
cuya construcción se inició en 1999, que interviene y sigue el proceso de
preparación; y la propia acumulación de experiencia historiográfica congresual
de Historia a Debate. La existencia de la red -y al mismo tiempo corriente
académica- de HaD, implantada en 350 universidades de más de 50 países, implica
un especial poder de convocatoria que facilitó la organización, en un tiempo
record, de un gran congreso
internacional sobre la base una práctica previa, colectiva y constante,
de reflexión y generación de debates y consensos digitales. Aunque llegamos a
temer que la amplitud potencial de la respuesta dificultara en 2004 la
homogeneidad, selección y novedad temática, esto último nada sencillo cuando
están todavía "cercanos" los dos congresos
anteriores, por mucho que, a quienes trabajamos sobre historiografía inmediata,
los congresos de 1993 y 1999 nos parezcan "lejanos" en cuanto a problemas,
preguntas y sobre todo respuestas.
A fin de evitar, pues, la caja
de pandora de la multiplicación de los temas y los enfoques[11],
como sucedió en parte en el I Congreso[12],
añadimos otros criterios de selección temática al habitual de todas las
actividades, congresuales y digitales, de Historia a Debate: trabajos no
empíricos sino sobre metodología, historiografía, teoría de la historia y
demás actividades reflexivas e investigadoras compartidas por todas las áreas
históricas, incluyendo la relación del historiador con la sociedad y el
análisis del presente desde la historia. Nuevos criterios: la no repetición
de materias tratadas suficientemente con anterioridad, buscando la
complementariedad entre nuestros congresos; y la no especialización temática
de las ponencias y las mesas del III Congreso, contrarrestando[13]
la "imparable" tendencia a la segmentación
historiográfica[14], para
bien y para mal, de la historia académica en géneros y especialidades cada vez
más aislados y restringidos. Nuestra pretensión ha sido favorecer en el temario
de 2004, una vez más, la innovación y la reflexión sobre la disciplina (puntos
III y VI del Manifiesto de HaD), como un prioritario terreno común entre las
vanguardias de las diferentes áreas y subdisciplinas históricas. Desarrollando,
en suma, la transversalidad que caracteriza Historia a Debate desde sus
orígenes, donde participamos como historiadores, independientemente del periodo
temporal, objeto de estudio o especialización académica. La cuestión es que,
una parte importante de la historiografía internacional ha avanzado en estos
años en el sentido contrario de una mayor fragmentación de los temas y enfoques de investigación, a contrapelo de
la globalización imperante, lo que hace
más necesaria la orientación global, plural pero convergente, del movimiento de
Historia a Debate, más fácil de plasmar en Internet, incluso, que en una forma
de sociabilidad más convencional como un congreso.
Nuestras
exigencias procedimentales hicieron, ciertamente, dificultosa la participación de algunos colegas[15] en los apartados temáticos y mesas redondas
del congreso, pero también beneficiaron la selección de ponencias[16]
y por consiguiente el resultado del congreso, ya que nuestra "arriesgada"
convocatoria -preparada en seis meses- obtuvo al fin y al cabo una muy buena
respuesta, tanto cuantitativa como sobre todo cualitativa. Pudimos así centrar
el congreso sobre tres ejes: 1) recoger novedades historiográficas surgidas o
desarrolladas nacional e internacionalmente desde el anterior congreso; 2) desarrollar la propia alternativa
historiográfica de HaD y el estudio de nuestra inédita experiencia
colectiva, a través de una la
Convocatoria específica, que reproducimos en la parte introductoria de
estas Actas; 3) discutir entre historiadores acontecimientos y procesos
actuales de valor histórico.
A
modo de segundas conclusiones, la lectura detenida de las ponencias y los
debates para esta edición nos lleva a
ratificar algo que ya barruntábamos en la circular del 5 de mayo de 2004, dos
meses antes del III Congreso: "vamos hacia el más importante de nuestros
congresos"[17].
Primordialmente, porque supone la reafirmación de la originalidad de Historia a
Debate como un movimiento internacional de historiadores que además de la inquietud por el debate,
busca nuevos consensos sobre la reescritura de la historia en contacto con la
realidad inmediata. Nuestro último congreso fue "diferente", argumentábamos en
nuestras Primeras conclusiones
comparando con los Congresos del Comité Internacional de Ciencias Históricas,
la razón final está en que fue, en realidad, el congreso de una nueva y
peculiar (por su apertura de miras) tendencia historiográfica de ámbito
internacional e iniciativa latina[18].
Proyecto colectivo que, inspirado en las vanguardias historiográficas del siglo
XX[19],
se nutre del debate con otras tendencias actuales (retorno al positivismo,
continuismo años 60-70, posmodernismo[20]),
con el fin de ir perfilando nuevos paradigmas (consensos disciplinares), en
base a propuestas propias y ajenas, que adecuen el oficio de historiador al
siglo XXI.
El
avance que conlleva el III Congreso de 2004 en la consecución de unos objetivos
inseparables de autorreflexión, discusión y consenso con la vista puesta en la
reconstrucción paradigmática[21],
tiene lugar en un contexto de no-avance en el sentido de articulación y
difusión de una propuesta historiográfica global por parte de las tendencias
latentes más extremas que predicaban, y predican, de forma complementaria, la
vuelta a von Ranke o la renuncia posmoderna a la historia como ciencia y
compromiso. Por otro lado, lamentamos
una ausencia de vigor, orientación hacia adelante y organización
historiográfica en aquellos ámbitos académicos francófonos o anglófonos que, en
el siglo XX, protagonizaron escuelas y tendencias que tanto renovaron[22]
nuestra disciplina. Lo cual resalta por
contraste el contexto español y latino donde se han incubado y desarrollado,
desde hace tres lustros, con vasto y creciente seguimiento, las iniciativas de
Historia a Debate que han tenido en el Congreso de 2004 un hito significativo.
Eje trasatlántico
Escribíamos
en la presentación de las Actas del congreso de 1993 que el "Congreso de
Santiago ha demostrado, en nuestra opinión, que la historiografía española de
los años 90 no está tan mal como solemos decir", reivindicando "su plena
reincorporación a la historiografía mundial
con el objetivo final,
naturalmente, de desarrollar un perfil propio"[23]. Más de una década después podemos aseverar, y
cualquiera puede verificarlo, que ambos objetivos se cumplieron ampliamente a
través de Historia a Debate. Dinamismo y autonomía de la historiografía
española, cuya posibilidad negaba el pesimismo dominante a finales de los años
80 y principios de los años
Ahora
bien, si hay una propuesta que, desde el I Congreso hasta hoy, se ha cumplido
meridianamente es nuestra apuesta por "un eje historiográfico
iberoamericano", sobre la base de
"pensar con la propia cabeza" (después de una historia común de prolongada
dependencia historiográfica) y con el fin de conseguir "un mayor peso de las
voces latinas en el concierto historiográfico internacional"[25].
Sobre lo mismo, escribimos del II Congreso que "las aportaciones
latinoamericanas han sido bien relevantes, especialmente en cuanto a la
relación historiador /sociedad"[26].
Aunque, lo que más destacó, en julio de 1999, fue el protagonismo de
historiadores latinoamericanos en los
debates, que provocó el rasgado de las vestiduras de algún colega
europeo acostumbrado a académicos
latinos más pasivos y reverenciales. La integración en un proyecto
historiográfico común tendrá lugar, así y todo, después del Congreso de 1999,
con la constitución y desarrollo de la comunidad trasatlántica de Historia a
Debate en Internet: interactiva, bilateral y comprometida con unas posiciones
historiográficas escritas (Manifiesto de HaD) y no escritas. Red de
historiadores cuya influencia académica internacional[27]
resulta sobredeterminada -en realidad, somos síntoma, causa y efecto- por el
auge del castellano como segunda lengua franca, dentro y fuera de Internet, también
en la enseñanza, en los países occidentales. Red y tendencia historiográfica de
iniciativa latina que se ha ido consolidado con un intenso intercambio
personal, no digital entre Santiago de Compostela y las universidades
latinoamericanas[28],
y que no es ajena al creciente papel
internacional de España, después de la transición, especialmente en
Europa, y al presente protagonismo global de una América Latina en
transformación.
Por todo lo cual, las
contribuciones de historiadores latinoamericanos alcanzan en el III Congreso de
2004 un nivel académico equiparable -cuando menos- a las aportaciones europeas
y norteamericanas[29],
en fundamentales secciones temáticas y mesas redondas[30]
sobre la reconstrucción paradigmática, la historia y la historiografía inmediatas
o la globalización histórica.
Entendemos, pues, cumplido nuestro objetivo de un intercambio académico
igual a ambos lados del Atlántico, combatiendo prejuicios de pasados
metropolitanos, residuales aunque activos. Y presentamos la normalización bilateral trasatlántica lograda en nuestra
comunidad historiográfica, tanto digital como presencial[31], como un ejemplo a seguir en otros
campos, académicos y no académicos[32]. Basándonos para ello en nuestra percepción de
una mayor y mejor aceptación internacional del liderazgo latino[33]
que HaD representa en nuestro campo historiográfico. Fenómeno académico latino
y emergente que va parejo y forma parte de una globalización alternativa,
multilateral y multicultural, cuyo desarrollo presente y futuro recién se ha
librado del obstáculo que supuso la Administración Bush en los EE. UU. entre
2001 y 2009.
Contenidos
Para la edición de estas Actas
hemos seguido el orden del programa del congreso[34],
tanto para las secciones temáticas como para las mesas redondas, reagrupando temas en el primer caso[35]
y transformando en lineal el desarrollo
simultáneo de las actividades congresuales en tres salas. Del mismo modo que en
anteriores congresos, no hacemos distingos jerárquicos a la hora de la
publicación entre las conferencias plenarias[36],
las ponencias (sean o no por invitación) y las intervenciones orales en las
mesas, bien de los ponentes (la mayoría están doblemente presentes como tales
en secciones y en mesas), bien de los
simplemente inscritos.
Aunque
no era lo previsto, algunas ponencias fueron presentadas y publicadas después
de las mesas redondas, que fueron transcriptas y publicadas en su totalidad,
como ya hicimos en el II Congreso, en consonancia con nuestro nombre. Si bien
las intervenciones de apertura en las mesas tienden a reproducir en su forma
las sesiones de ponencias, a continuación se van incardinando debates muy
interesantes, a veces encendidos[37],
entre los propios miembros de la mesa y el público, a menudo ponentes de otras
secciones y mesas. A partir de la diversidad inicial de las
ponencias de la mesa el debate va unificándose, de forma imprevisible y
espontánea, en una u otra dirección[38], convirtiendo su transcripción en
algo sumamente útil para aprender historiográficamente más allá de la
formalidad de las ponencias y de los ámbitos curriculares. La trascendencia de
la cultura historiográfica oral se
incrementa, al igual que la digital[39],
si tenemos en cuenta la mezcla explosiva que se deriva de la pluralidad
esencial y global, académica y geopolítica, de Historia a Debate como foro y
movimiento historiográfico.
Hemos redistribuido las
ponencias del tomo I sobre la Reconstrucción
del paradigma historiográfico en cinco partes: sobre la tradición de heredamos de Annales (Etienne Bloch) y del
materialismo histórico (Juan Manuel Santana); la nueva historia global (antes decíamos "total") que ahora proponemos
(Carlos Barros, Jérôme Baschet); la misma idea de reconstrucción paradigmática (con
participación mayoritaria latina según dijimos[40]),
tanto desde el punto de vista general, historiográfico y epistemológicos, como
acerca de la propia propuesta de Historia a Debate; un cuarto subtema con
valiosas variantes para una ciencia con
sujeto cognoscente (punto I del Manifiesto) que evidencian la importancia
actual de la reflexión sobre el objeto de estudio y el sujeto-historiador,
sobre el que se vuelve una y otra vez[41]
en nuestros debates digitales a menudo de forma polarizada y excluyente, donde
se demuestra la dificultad que todavía tenemos para rebasar el vetusto
principio cartesiano de la no-contradicción (si dos cosas se oponen, una es
verdad y la otra mentira); y, por último, el tema de los "usos sociales y
públicos de la historia" que es tratado por Gonzalo Pasamar y Pedro Ruiz Torres
sin caer en el retorno de la historia
rankeana que quiere convertir la historia académica en una suerte de "historia
oficial", aséptica, monopolista, negando a los actores sociales y políticos de
hoy discrepar, incluso opinar, sobre la interpretación y utilidad de la
historia que sus predecesores han protagonizado.
Las cinco primeras mesas
redondas del tomo I responden[42]
a cuestiones principales que urge debatir para una reconstrucción paradigmática
que -en nuestra opinión- no debe obviar la
capital historiografía del siglo XX, sino todo lo contrario: 1) Retomar
la reflexión sobre conceptos y problemas historiográficos, abandonados pero no
sustituidos, como los "modos de producción" y sus transiciones (Mesa A. Las formas de sociedad y sus
transiciones). 2) Juntar en una misma discusión y reelaboración lo
individual y lo colectivo en la historia (Mesa
C. Protagonistas individuales y colectivos de la historia) y en la
historiografía (Mesa D. Tendencias colectivas y "grandes historiadores" en la
historiografía), así como la interrelación histórica entre el poder
político y la sociedad civil (Mesa B.
Estado y sociedad civil en la historia),
vinculada asimismo con lo individual/colectivo. 3) La paradoja de una
historiografía que incrementa su fragmentación[43]
cuanto más se globaliza las sociedades, las mentalidades y las universidades de
nuestro tiempo (Mesa E. Fragmentación de
la historia, globalización de la sociedad), lo que conduce a la temática de
las mesas anteriores. 4) La situación paradigmática en la historia y otras ciencias
humanas[44]
(Mesa F. Paradigmas actuales en ciencias
sociales), sobre lo cual existe un singular interés multidisciplinar por la
historia, teoría y método en la Universidad de Santiago de Compostela[45].
Para componer homogéneamente el
tomo II hemos juntado la IV sección temática que denominada de manera
descriptiva "historiografía y actualidad",
con la II agrupación de mesas redondas que, en el programa del congreso,
llamamos Historiografía inmediata,
título finalmente elegido para este segundo volumen. Venimos utilizando[46]
el nuevo término de "historiografía inmediata" para referirnos a la relación
bilateral entre historiografía y actualidad, oficio de historiador y presente,
esto es, la investigación de la influencia de la historia que vivimos sobre la
escritura de la historia pasada, sus debates y sus alternativas, y, en sentido
contrario, de las prácticas académicas e
historiográficas sobre la inmediatez histórica y los futuros alternativos.
Lo primero fue, naturalmente,
analizar la sociabilidad historiográfica más reciente, dentro y/o fuera de
Internet, en la Mesa G (Grupos, redes,
movimientos historiográficos), donde hemos optado -sin que siente
precedente- por publicar los textos aportados en lugar de las intervenciones
orales. Se trata, pues, de un panel que da
conocer grupos recientes, más o menos
relacionados con HaD, en las áreas españolas de historia medieval
(Zaragoza, Barcelona), moderna (Mundos Modernos) y contemporánea (Asociación de
Historia Actual), y otras iniciativas organizadas desde Francia (Nuevo Mundo-
Mundos Nuevos), Holanda (Network of Concerned Historians) y
Alemania (World History). Y, naturalmente, tres estudios sobre HaD desde España
(Israel Sanmartín), Argentina (Mariela Coudannes) y México (Rigoberto Rodríguez[47]).
Historia a Debate está igualmente presente en otras secciones temáticas y mesas
redondas, como veremos al final. En la IV sesión de ponencias,
introducimos, además de HaD, las otras
dos tendencias españolas surgidas en la última década: Idea histórica de España (César González Mínguez) y Memoria histórica activa[48]
(con ponentes de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y
del Foro por la Memoria).
Una segunda muestra de ponencias
y debates del II tomo tratan de actualidad y conceptos históricos (Historia y democracia, Historia
y derechos humanos; Mesa H. Conceptos
históricos y actualidad). Y, finalmente, tenemos un conjunto de
transcripciones y textos de Historiografía Inmediata donde se investiga y se
debate la influencia presente de las instituciones políticas, o de las nuevas
realidades sociales y culturales, sobre
la historia que se escribe, divulga y enseña: Mesa I. Historias oficiales; Mesa
J. Transiciones a la democracia; Mesa K. Retorno de la sociedad civil; Formación histórica del sujeto político
(inmigración, religión y multiculturalismo).
El III tomo es el más
voluminoso, lo titulamos Historiografía
global y contiene también las ponencias y mesas de Historia Inmediata,
nuevo[49]
concepto historiográfico vinculado a una acelerada globalización de las
comunicaciones y los hechos históricos que ha cambiado nuestra percepción del
tiempo. Desde finales del siglo XX, la distinción del presente con el pasado -y
el futuro- se diluye hasta el punto que cada vez somos más los que reivindicamos
su incorporación al objeto de estudio de los historiadores académicos[50].
La
globalización historiográfica tiene para Historia Debate tres dimensiones,
excelentemente representadas en el III Congreso: 1) La Historiografía digital, con ponencias sobre la experiencia de
HaD en Internet o las exposiciones
históricas virtuales (Karl Rudolf). 2)
La Historia mixta como historia global[51],
con textos donde se plantean enfoques globales del objeto histórico, desde la
formulación clásica de "historia total" (Carlos Martínez Shaw) hasta nuevas
tentativas de convergencia de sociedad y cultura (Ciro F. Cardoso) o historia y
derecho (Raquel García Bouzas). 3) La Historia
mundial como historia global, con la publicación de cinco ponencias
complementarias (Román Basurto, Juan Carlos Domínguez, André Gunder Frank, Diego
Holstein, Hans-Heinrich Nolte) que acercan esta emergente línea de
investigación de iniciativa anglosajona a la historiografía latina[52].
La historia inmediata aparece
también en la parte de las ponencias
bajo el rótulo epistemológico de ¿Es
posible una historia inmediata?[53],
aunque su contenido (analizado entre 2001 y 2004 por la ponencia de José Luis
Monzant) nos obliga a transformar la interrogación en afirmación[54],
ya que la mayoría de las aportaciones en el III Congreso son ejemplos y
experiencias bien concretas de trabajos historiográficos sobre temas actuales o
recientes (Magdalena Cajías, Raúl Dargoltz, Juan Paz y Miño, Alicia Puente,
Christian Thibon). Otras ponencias enfocan a historia de las relaciones
internacionales desde la óptica de la HI (María Jesús Cava, Julio Pérez
Serrano), o vuelven de manera plural sobre el concepto de Historia Inmediata
(Federico Martínez Roda, Reinaldo Rojas). Christian Thibon insistió en su
ponencia sobre genocidios africanos (Burundi, Ruanda) en como la Historia
Inmediata obliga a repensar la epistemología de la historia[55].
Pero también se puede decir lo contrario: una de las renovaciones más radicales
de nuestra disciplina diman, hoy por hoy, de una relación activa entre el
historiador y la problemática histórica
-y memorial- del presente, vivida o asumida por los actores actuales. Un reto,
en suma, para la Historia no Inmediata de la que nos ocupamos la gran mayoría
de nosotros[56], que se
podía resumir así: ¿qué forma y contenido de la historia antigua, medieval,
colonial, moderna o contemporánea (convencionalmente, siglos XIX-XX) irá más
con nuestro tiempo? Pues, es sabido que la inmediatez histórica nos interpela a
todos los historiadores por igual. La respuesta de HaD es conocida, y sigue
concretándose y tejiéndose: una historia más global, experimental,
comprometida, digital
; sin proponer recetas o modelos a imitar miméticamente,
pensando creadoramente.
Por otra parte, en las mesas
redondas, la Historia Inmediata cambia de escenario, pasamos de las ponencias
teóricas, historiográficas, de investigación histórica de temas relevantes
coetáneos o pasado recientemente actualizados, a debates entre historiadores
sobre cuestiones actuales de indudable interés histórico, con un componente
interpretativo, habitual en toda buena historia, donde la opinión del
historiador aparece si cabe de forma más descarnada cuando lo que está
sucediendo es polémico. Ofreciéndonos una instantánea historiográfica[57]
sobre la propia subjetividad de los
historiadores en cuanto a valores (religiosos, ideológicos y políticos) algo que suele estar poco
visible -incluso se camufla- en ponencias y otras formas de relación
académicas. Pese al papel siempre crucial de las ideas y la imaginación del investigador en la
escritura de la historia, sin menoscabo de una reconocida honestidad con los
datos, aplicable si cabe con mayor exigencia a la práctica de las diferentes
variantes de Historia Inmediata.
Sobre Historia a
Debate
Esta
introducción y, al mismo tiempo, segundas conclusiones derivadas de una
relectura a distancia del congreso-acontecimiento de los textos y
transcripciones del III Congreso para la edición de estas Actas, confirma, en
general, las primeras conclusiones de noviembre de 2004, en el sentido sobre
todo de la unificación y homogenización que subyace en los resultados, sin
merma de la variedad, como consecuencia de la respuesta de los congresistas a
un programa-convocatoria de temas y subtemas, que viene a ser resultado de diez
años de reflexión, debate y sobre todo consenso, iniciados en 1994 con la
redacción de las 16 proposiciones de La
historia que viene, publicada al año siguiente como una ponencia más del I
Congreso, aunque en realidad era, y es, una suerte de conclusiones
-individuales, en aquel momento- con pretensiones -tachadas equivocadamente de
optimistas, por algunos- de futuro colectivo.
Las
dispares actividades que articulan el proyecto de Historia a Debate, conforme a
una estrategia común, se pueden representar metafóricamente como conjuntos
circulares superpuestos con intersecciones (zonas comunes). Resulta así que una
gran parte de los participantes activos en el III Congreso son, a su vez,
miembros de la comunidad digital de H-Debate. Ello explica la coherencia,
incluso armonía, de lenguaje y planteamientos en el conjunto de las Actas[64],
circunstancia destacable por su novedad
en una disciplina tan fragmentada.
Afinidades que se manifestaron en el congreso de forma
genérica y específica. En el primer caso, estarían las múltiples citas al
Manifiesto de nuestra tendencia por parte de ponentes y otros participantes
(firmantes y no firmantes de nuestra plataforma historiográfica), las
referencias continuas a "nuevos paradigmas"[65]
o a la "fratría"[66] de
Historia de Debate. Lo que no contradice que HaD siga siendo, al mismo tiempo,
un "lugar de encuentro"[67],
diverso y plural, con desarrollos paralelos y a menudo convergentes que vienen
de otras latitudes y sensibilidades históricas e historiográficas. Puesto que
las preguntas, y a menudo las respuestas, están en el ambiente, no se nos
ocurren solo a nosotros, afortunadamente: no es otro el fundamento de los
nuevos consensos o paradigmas, junto con la interlocución con otras corrientes
o posiciones historiográficas que nutren nuestra alternativa por la vía de la
contradicción.
Una
novedad del III Congreso fue, así y todo, la mencionada convocatoria específica, dentro del llamamiento general para la
proposición de ponencias, a reflexionar e investigar colectivamente[68],
de forma directa y explícita[69],
sobre la propia experiencia (inédita) de Historia a Debate y el desarrollo de
las propuestas del Manifiesto de setiembre de 2001. Veinte dos ponencias (20 %
del total) de autoría mayoritariamente joven, española y americana, repartidas
en los tres tomos, se corresponden con
este perfil, historiográficamente más comprometido y por tanto meritorio.
Ponencias sobre y/o desde HaD, que se
concentran lógicamente -ya lo vimos supra-
en los apartados de reconstrucción historiográfica (10) y de historiografía
global / Historia Inmediata (9), además de la Mesa G acerca los grupos y movimientos
historiográficos (3). En dichas
ponencias volvemos a encontrar, al igual que en el conjunto del congreso, tanto una pluralidad de voces como un mínimo
común denominador, ahora ciertamente de carácter más definido. Prueba del
carácter abierto, en debate y construcción permanente, sin dogmas a seguir,
pero con voluntad de consenso, de HaD como tendencia historiográfica actual.
* Introducción a las Actas del III
Congreso Internacional Historia a Debate, coordinado por el propio autor y celebrado
en Santiago de Compostela (Galicia, España) los días 14-18 de julio de 2004;
más información en www.h-debate.com/congresos/3/menu_def.htm.
[1] Queremos agradecer la paciencia y confianza
en HaD de los participantes en el III Congreso que salvo 4 ó 5 excepciones
mantuvieron inéditas sus ponencias, pese al retraso de la edición, que no
afecta por lo demás a la novedad y frescura de unos enfoques y debates que, por
ello mismo, no encontrarían fácilmente espacio fuera de Historia a Debate.
[2] Carlos
BARROS, edit., Historia a debate. I.
Pasado y futuro, Santiago, 1995, 353 pp.; Historia a debate. II. Retorno del sujeto, Santiago, 1995, 365 pp.;
Historia a debate. III. Otros enfoques,
Santiago, 1995, 306 pp.; Historia a
debate. Medieval, Santiago, 1995, 250
pp.; Historia a debate. Galicia,
Santiago, 1995, 219 pp.; Historia a
debate. América Latina, Santiago, 1996, 314 pp.; Historia a debate. I. Cambio de siglo, Santiago, 2000, 448 pp.; Historia a debate. II. Nuevos paradigmas, Santiago, 2000, 411
pp.; Historia a debate. III. Problemas de
historiografía, Santiago, 2000, 376 pp.
[3] La Red Temática Historia a Debate
recibió, entre los años 2004 y 2007, ayudas del
Plan Nacional I+D del Ministerio de Educación y Ciencia del Gobierno de
España (BHA2002-11777-E, HUM2006-27338-E).
[4] De las 113 ponencias aceptadas (a fecha de mayo de
2004), 35 provenían de las universidades españolas, otras 36 de México,
Argentina y Brasil, y las 42 restantes de los siguientes países (por orden de
participación): Francia, Venezuela, Estados Unidos, Canadá, Alemania,
Inglaterra, Bélgica, Israel, Uruguay, Holanda, Italia, Noruega, Argelia,
Georgia, Suecia y Colombia (www.h-debate.com/congresos/3/convocatoria/menu.htm).
[7] Destacamos entre las reseñas (https://www.h-debate.com/congresos/3/resenas/menu.htm)
a modo de balance los trabajos de, Domingo Marrero, Alejandro Estrella y Carlos
Barros en la revista brasileña O Olho
da história, Bahía, Ano 11, Edição
nº 8, 2005
(https://www.oolhodahistoria.ufba.br/revista8.php/), y los textos en alemán de Elpidio
Laguna, Alicia Puente y Carlos Barros en Zeitschrift
für Weltgeschichte. Interdisziplinäre
Perspektiven, Frankfurt, Jahrgang 7, Heft 2, Herbst 2006, pp.
35-63 ((https://www.peterlang.com/index.cfm?vPDFResult=True&vSiteName=JournalsDetails.cfm&vJournal=84500&vLang=E&&).
[8] Sobre el interés social de los temas
tratados en HaD III, véase el punto X de nuestras Primeras conclusiones (2004) incluidas en este tomo.
[9] Entre el 29 de abril de 1999 y el 1 de
julio de 2008 la web de H-Debate ha recibido 4.116.337 visitas totales.
[10] Véase al punto VIII de las Primeras conclusiones.
[11]
Recordar que en la red HaD están presentes todas las áreas temporales y
temáticas, cualquiera especialidad docente o investigadora y área geopolítica
europea y americana; por otro lado, nuestra intención no es adaptarnos como un guante a la hiper
fragmentación de nuestra disciplina sino actuar de contrapeso en favor de la unidad del oficio de historiador, función
global que explica, además, nuestro éxito.
[12] La única condición exigida, en 1993,
de textos de contenido metodológico-historiográfico
nos llevó a aceptar 184 comunicaciones, además de las ponencias invitadas, de
temática harto heterogénea y desigual,
cuya publicación completa habría exigido unas actas de 13 volúmenes, Carlos BARROS,
"Presentación", Historia a debate. I. Pasado y futuro, Santiago, 1995, pp. 7-8;
finalmente, publicamos solamente 6 tomos, hoy agotados pero aún muy buscados por ofrecer, así y todo,
importantes diagnósticos y opciones (tomo I) sobre la coyuntura historiográfica
pos-1989 y balances historiográficos y
perspectivas por especialidades (tomos
II, III, Medieval y América Latina), útiles después de una década, más aún si consideremos el ulterior giro
positivista de nuestra disciplina que analizamos críticamente en el II Congreso
(ver Carlos BARROS, "El retorno de la historia", Historia a debate. I. Cambio de siglo, Santiago, 2000, pp.
153-173).
[13] Individualmente, lo estamos intentando
desde 1993; las quejas en el I Congreso sobre el exceso de diversidad y la
falta de una alternativa historiográfica de conjunto, junto con la percepción
personal del agotamiento innovador de las grandes escuelas del siglo XX
(confirmado en el II Congreso), me llevaron con posterioridad a cambiar la
ponencia presentada oralmente, redactando las 16 propuestas de "La historia que
viene" (Historia a debate. I. Pasado y
futuro, Santiago, 1995, pp. 95-117), antecedente de lo que serían, en 2001,
las 18 proposiciones del Manifiesto historiográfico de HaD, firmado hoy en día
por 526 historiadores de 37 países, y añadido a este volumen I de estas Actas
del III Congreso.
[14]
Véase el punto I de Primeras
conclusiones, y también el video
(nota 6) y texto en este mismo tomo de mi conferencia Historia a Debate, un paradigma global para
la historia.
[15]
Una buena parte de los ponentes en nuestros congresos, suele ser la
primera vez que incursionan en cuestiones de método y teoría, generalmente en el propio tema de su investigación, pero todavía
no hemos conseguido -en la misma medida- que intervengan, desde su especialidad (por ejemplo, historia de las mujeres, de la
educación, medieval, ecológica, etc.),
en debates y temas de historiografía general.
[16] A diferencia de los congresos de 1993 y 1999,
el número de ponencias propuestas (y admitidas, véase la nota 4), tanto libremente como por invitación, y finalmente publicadas es prácticamente el
mismo (exceptuando casos aislados de textos no presentados o publicados al
margen de HaD), la selección en el III Congreso fue previa, condicionada por la
adaptación de la propuestas al homogéneo y severo temario de la convocatoria.
[18] Carlos BARROS, "Defensa e ilustración
del Manifiesto historiográfico de Historia a Debate", Historiografía crítica del siglo XX (Boris Berenzon, comp.),
Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pp. 427-443 (www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/defensamanifiesto.htm)
[19]
Nos distinguimos de los neorankeanos o de los posmodernos, que no
hacemos tabla rasa de los avances historiográficos del pasado siglo (véase el
punto IX de las Primeras conclusiones).
[20] Carlos
BARROS, "Tendencias generales de la historiografía actual" (2008) en www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/caceres/caceres1.htm.
[21] Véase el punto II de las Primeras
conclusiones.
[22] Aunque no irreversiblemente, como se
demuestra en la reciente evolución conservadora del conjunto de las historiografías francesa e inglesa, sin que
-por desgracia- ninguna fuerza historiográfica activa defienda públicamente las
cruciales contribuciones de Annales y Past and Present (con la excepción
individual de Eric J. Hosbsbawm).
[23] Historia
a debate. I. Pasado y futuro, Santiago, 1995, pp. 9-10.
[24] Véase
el punto VI de las Primeras conclusiones; también Carlos BARROS, "Últimas tendencias de
la historiografía española" (2007) en www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/montevideo3/audio.htm.
[25] "Presentación", Historia a Debate. América Latina, Santiago, 1996, p. 12; véase
también Carlos BARROS, "Lo latino en la
historiografía global" (2006) en www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/belgica/menu.htm.
[26] "Introducción", Historia a debate. I. Cambio de siglo, Santiago, 2000, p. 8.
[27] Sin duda, superior a mis propias
previsiones -distintas a los deseos, estrategias e intuiciones- en los lejanos
orígenes de Historia a Debate, que tuvieron el viento a favor de la historia
inmediata.
[28] Desde 1994 funciona en Santiago un
seminario permanente de Historia a Debate, por el que pasaron historiadores españoles, europeos y
latinoamericanos (www.h-debate.com/Spanish/seminario/ultimas_sesiones_def.htm);
pero son ante todo las "Presentaciones de Historia a Debate" (mesas redondas,
conferencias, reuniones, breves jornadas) lo que viene marcando, desde 1995, la
relación personal entre los dos lados del Atlántico, y la propagación y
autorreflexión de/sobre nuestra experiencia (www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/menu.htm); se han
celebrado ya 89 presentaciones y jornadas, la mayoría han contado con mi
participación, tuvieron lugar en América
Latina (53 en América Latina, 27 en España y 9 en Europa) y son un demostración
perfecta de la pluralidad y comunidad de
voces en HaD (también en el Grupo Manifiesto).
[29] Sobra decir que nuestra relación con la historiografía
latinoamericana es directa con los historiadores latinoamericanos más dinámicos
y abiertos al mundo, a diferencia de otras historiografías europeas, o de la
América anglosajona, que tienen el
defecto metropolitano de conectar, ante
todo, con nuestras historiografías (iberoamericanas) a través del hispanismo y
el americanismo de sus respectivos países.
[30] El uso del castellano y el portugués se
ha alternado felizmente -sin imposiciones jerárquicas- con el inglés y el
francés, gracias a la traducción simultánea, en nuestro congreso -en cuyas
Actas hemos respetado las lenguas
originales en ponencias y transcripciones- como muestra del multilingüismo
democrático que preconizamos y
practicamos, diaria y digitalmente, con nuestras traducciones automáticas en
las listas de correo.
[31] Una parte substancial de los
historiadores anglófonos, francófonos, etc., que han participado en el III
Congreso son también miembros de nuestra red digital.
[32]
Nos cae la cara de vergüenza cuando leemos, con harta frecuencia, en
medios de comunicaciones españoles -sin distinciones ideológicas- opiniones e
"informaciones" sobre los actuales procesos de cambio democrático y social, en
América Latina, sesgadas por un "sentimiento de superioridad" de origen
colonial y eurocéntrico sustentado por la ignorancia histórica, pasada y
presente.
[33] Véase el punto V de las Primeras conclusiones.
[34] Lo que produjo cierta desigualdad final
en el número de páginas de cada volumen,
hay epígrafes de la convocatoria
que obtuvieron significativamente más respuestas que otros.
[35]
Las mesas de debate están ordenadas de modo distinto, pero
suficientemente homologables, a las sesiones de ponencias, que
dictan los títulos de los
volúmenes.
[36]
Etienne Bloch (muerto en enero de 2009, www.h-debate.com/Spanish/aniversarios/bloch/menu.htm), André
Gunder Frank (muerto en abril de 2005, www.h-debate.com/Spanish/aniversarios/gf/menu.htm),
Ciro F. Cardoso y Carlos Barros.
[37] Sirva de ejemplo la tensión generada por
el debate historiográfico
palestino-israelí, en la Mesa Q. Oriente y Occidente, según
podemos visualizar en la transmisión directa (www.h-debate.com/congresos/3/videos/menu.htm).
[38]
Verbigracia, en la Mesa H sobre conceptos históricos y actualidad (tomo II)
el elemento unificador del debate fue el "problema" de la ideología del
historiador, lo que quiere decir
que inquietan (en positivo
o en negativo) más que los conceptos la influencia de los
pre-conceptos en la obra humana de la historia escrita.
[39]
Es clara la relación entre los debates orales en los congresos y los
debates en nuestra red, pese a que los
protagonistas son mayormente distintos: en la Mesa E sobre la fragmentación de
la historia, los participantes se emplazan a continuar el debate en H-Debate
digital.
[40] Prueba de lo que dijimos más arriba
sobre el no surgimiento, en otros ámbitos lingüísticos y/o tendencias historiográficas, de propuestas paradigmáticas de conjunto, no
especializadas, que vayan más allá de la simple continuidad de las escuelas del
siglo XX, que lleguen formalizar y explicitar el retorno de la historia
positivista o que articulen una alternativa posmoderna compatible con el
realismo del historiador de oficio.
[41] Véase la nota 38.
[42] Los resultados son desiguales, pero
significativos, por tratarse de
preguntas antiguas (renovadas) que, pese
a su pertinencia, casi nadie se hace hoy
en día.
[43] Obviamente, en estas Actas también se
encontrarán opiniones que consideran la fragmentación de la disciplina como
algo irremediable, inclusive benéfico (desde una óptica posmoderna).
[44] Historia a Debate está formada muy
mayoritariamente por historiadores y profesores de la licenciatura de historia
pero, tanto en su versión congresual como digital, participan bastantes colegas
de historia de otras licenciaturas, y miembros de otras disciplinas
humanísticas y sociales; también en este
III Congreso, dentro y fuera de la mesa F; por su interés historiográfico y actual hemos invitado asimismo, excepcionalmente, como ponentes a
representantes sociales y políticos del movimiento español de recuperación de
la memoria histórica.
[45] Desde 2006 estamos impartiendo, en la
Universidad de Santiago de Compostela,
un curso de posgrado presencial y digital sobre Historia, Teoría y
Método de las Humanidades y las Ciencias Sociales (www.usc.es/posgrao/posteoria/).
[46] La primera vez fue -creo- en la conferencia
del II Congreso (1999): "El retorno de la historia", Historia a debate. I.
Cambio de siglo, Santiago, 2000, pp. 153-173; sobre el concepto de
historiografía inmediata, véase también "Defensa e ilustración del Manifiesto
historiográfico de Historia a Debate", Hablemos
de Historia. Cuestiones teóricas y metodológicas de la historia, Argentina, nº 3, 2004, pp. 21-39; "Lhistoriographie et l histoire immédiates:
lexperience latine de lHistoire en débat (1993-2006)", Bilan et perspectives de lhistoire immédiate (Actes du Colloque International du GRHI, 5 et 6 avril 2006),
Toulouse, 2007, pp. 29-32.
[47] Hagamos notar que, en esta temática de
corrientes del III Congreso, la participación latinoamericana tiene lugar
justamente sobre HaD y desde HaD.
[48] Distinguimos la "memoria histórica
activa", reivindicada por los sujetos sociales y políticos de hoy (sería
también el caso de la "Idea histórica de
España") para sí y sus antecesores, de
la "memoria histórica pasiva" de Pierre Nora y sus lieux de mémoire (monumentos, lugares geográficos, etc.), asimismo
interesantes, pero vacios de la historia humana, de la buena historia: "la
historia quiere captar a los hombres. Quien no lo logre nunca será, en el mejor
de los casos, sino un obrero manual de la erudición" (Marc BLOCH, Apología por la historia o el oficio de
historiador, Etienne Bloch, edit., México, 2001, p. 57).
[49]
No se debería confundir el
ilustre precedente de la Histoire
Inmédiate Jean Lacouture de los años
70 (crónicas periodísticas), que no tuvo seguimiento alguno entre los
historiadores, de la Historia Inmediata de Historia a Debate (de 2000 en
adelante).
[50] Carlos BARROS, "¿Es posible una Historia
Inmediata?" (2002) en www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/mentalidades/inmediata.htm; "La Historiografía y
www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/montevideo3/audio.htm;
"La Historia Inmediata, un nuevo territorio del
historiador" (2008) en www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/venezuela/av.htm.
[51] Carlos BARROS, "La historia mixta como
historia global" (2002) en (www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/historia_medieval/mixta.htm.
[52] Esperamos que tenga algún seguimiento
entre nosotros; el 21 de enero de 2000 lanzamos un debate digital sobre
Historia Mundial / Historia Global que no tuvo demasiado éxito (https://www.h-debate.com/Spanish/a_hmundial.htm),
a diferencia de la propuesta propia de Historia Inmediata, muy centrada todavía
en las coyunturas nacionales, justo es reconocerlo (véase nota 60).
[53] Título
del debate digital iniciado regularmente el 2 de mayo de 2001 y que ha tenido hasta hoy (mayo de 2009) 194
participaciones (https://www.h-debate.com/Spanish/a_hinmediata.htm).
[54] Véase el punto IV sobre la consolidación
de la Historia Inmediata de HaD en Primeras conclusiones; con posterioridad al III Congreso de Santiago de
Compostela se celebró en Maracaibo (Venezuela) , coordinado por José Luis
Monzant y organizado por la Universidad Católica Cecilio Acosta, el I Congreso Internacional de Historia
Inmediata (28 de setiembre / 1 de octubre de 2008) (https://monzantg.blogspot.com/2008/09/i-congreso-internacional-de-historia.html);
cuya segunda edición está prevista para el 28-30 de setiembre de 2009 (https://monzantg.blogspot.com/2008/11/primera-convocatoria-centro-de-arte-de.html);
asimismo, en Bolivia, colegas de nuestra red han empezado a publicar una
revista de Historia Inmediata.
[55] Incluida la epistemología de la escuela
de Annales y del marxismo historiográfico difundido en los años 60-70, añadimos
nosotros, que no incluían la opción de incluir el mismo presente en el campo de
estudio de los historiadores.
[56] Una cosa es que haya que hacer historia auténtica del presente, y otra muy
distinta es olvidar que la investigación histórica en su mayoría, y no puede
ser de otro modo, seguirá teniendo sus objetos decenas, cientos y miles de años
atrás.
[57]
Sabemos, desde 2000, por nuestra experiencia digital (www.h-debate.com/debates/aamenu_def.htm),
que los debates de historiadores sobre el aquí y ahora, incluso cuando la
argumentación es más política, es un ejercicio útil y necesario de
historiografía inmediata -y de sociología historiográfica- por su contribución
al conocimiento real de nuestras comunidades académicas, y a la construcción de un historiador
colectivo basado en el pluralidad
-historiográfica pero también ideológica- y comprometido con su
tiempo, la mejor inversión desde luego
para el futuro de nuestra disciplina.
[58] Además de la Mesa L. Pueblos indígenas, historiografía y actualidad perteneciente al apartado III de Historiografía Inmediata, que
cuenta con un relevante trabajo de Josefa Salmón sobre la historiografía
indigenista en Bolivia.
[59]
El papel de los presidentes de mesas fue, en bastantes casos, primordial
para convertir los inicios formales y
dispersos en auténticos debates.
[60] En este sentido el III Congreso implica
un claro avance: los debates digitales de HI en HaD, 2000-2009, han respondido -como ya comentamos- en su
mayoría a un ámbito nacional (si bien intervienen colegas de otros países), con
las excepciones precisamente del 11 S (debate "Ataque EE. UU") y del
[61] Escribimos en el temario explicado: "Teoría, historia inmediata e historiografía sobre las finalidades y los objetivos de la historia que vivimos y
sus protagonistas: los fines de la historia después del fin de la historia" (https://www.h-debate.com/congresos/3/temario/menu.htm);
véase también el punto XIV del Manifiesto historiográfico de HaD; un ejemplo
práctico, en este sentido, es la ponencia de Domingo Garí sobre anarquismo
e historia de la democracia
participativa (objetivo altermundista).
[63] A tener en cuenta, al igual que otras contribuciones
de este congreso, en la prevista revisión del Manifiesto historiográfico de
2001.
[64] Incluyendo los participantes de
procedencia no hispana (nota 31).
[65] Tzvi Tal dijo: "Uno de los problemas de
este congreso es que todo el tiempo proponemos la necesidad de los nuevos
paradigmas", Mesa P. América en la
encrucijada histórica.
[66] María Jesús Cava en la Mesa I. Historias oficiales.
[67] "Este II Congreso consolida Historia a Debate
como lugar de encuentro, discusión y consenso, experimentación, de los
historiadores del mundo", Historia a
debate. I. Cambio de siglo, Santiago, 2000, p. 7.
[68]
Como ya dijimos (nota 13), lo venimos haciendo personalmente desde hace quince
años ( La historia que viene, 1994),
en artículos y ponencias consultables en la web personal www.cbarros.com (conectada actualmente a
H-Debate), tanto en forma de textos como (últimamente) audios y vídeos de
conferencias; también mediante mis
intervenciones como fundador y coordinador de HaD de cierre en varias decenas
de mesas de presentación de HaD en universidades y países diversos (nota 28).
[69]
De manera indirecta e implícita, y no menos efectiva, colaboraron todos los congresistas, cosa que desde aquí
agradecemos, en el debate y reconstrucción historiográfica que pretende HaD en
su tercer congreso, organizado con una metodología y un temario precisos con
tal objeto.