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LA DIVULGACIÓN HISTÓRICA EN LA ERA DIGITAL

Entrevista a Carlos Barros Guimeráns, por José Antonio Abreu Colombri (Universidad de Alcalá)

Resumen biográfico del entrevistado: Ver www.cbarros.com

 

LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS Y LA DIVULGACIÓN DE TEMAS HISTÓRICOS

José Antonio Abreu Colombri (JAAC): En multitud de eventos y publicaciones “Historia a Debate”, usted presta una especial atención a las tendencias historiográficas, los marcos metodológicos y los aspectos teóricos de la cooperación entre disciplinas en el proceso de investigación histórica. ¿Qué importancia tiene el método a la hora de elaborar una investigación histórica? ¿Cuál es el marco metodológico preponderante en las actuales generaciones de historiadores?

Carlos Barros Guimeráns (CBG):

Los conocimientos metodológicos e historiográficos inciden de manera decisiva en la calidad de las investigaciones, también en la medida en que proporcionan conocimiento histórico nuevo.

        El retorno al positivismo historiográfico en nuestra disciplina, como consecuencia de la caída de la escuela de Annales y del marxismo, ha supuesto en el pasado siglo un importante retroceso -de entrada, mayoritario- del interés de muchos historiadores hacia la metodología, la teoría y la historiografía.

Sin embargo, con el cambio de siglo, emergieron con fuerza nuevos paradigmas sobre la escritura de la historia, representados en el mundo académico latino por Historia a Debate, donde combinamos la reflexión como una parte esencial del oficio de historiador en este siglo XXI, sin abandonar claro está el trabajo empírico, ni menos olvidar que las fuentes no hablan solas.

El debate actual está entre los partidarios de volver historiográficamente al siglo XIX (Ranke) y quienes buscamos (y practicamos) un nuevo paradigma historiográfico que, sin hacer tabla rasa de las vanguardias historiográficas del siglo XX, se adapte de manera crítica y autocrítica, con autonomía, creatividad y flexibilidad, al nuevo siglo global, digital y presentista.

 

Cita de Carlos Barros Guimeráns (CBG):

No sólo la metodología, la historiografía, la teoría de la historia y la relación historiador / sociedad, son fundamentales para que podamos hablar de una buena historia.

Más allá de la indispensable empiria, la formación historiográfica, la voluntad innovadora, la capacidad de reflexión y la facilidad de conectar con el presente, preñado de historia, marcan el camino de una buena investigación histórica: válida para una divulgación que vaya más allá de los círculos académicos.

Durante la era preindustrial, la violencia político-militar ha sido una de las principales herramientas utilizadas para transformar la sociedad y controlar los poderes institucionales. Esa dinámica violenta se transformó durante la Edad Contemporánea, pero no cambió sustancialmente. ¿Por qué la violencia política y el militarismo han marcado tanto la contemporaneidad en Europa? ¿Por qué la ideología dominante del Estado español siempre ha perseguido el pensamiento plural?

CBG:

En efecto, Marx escribió en El Capital que “La violencia es la partera de toda sociedad vieja preñada de una nueva. Ella misma es una potencia económica”. Guerras y revoluciones violentas han jalonado la historia, ciertamente. Pero empieza a no ser así. La conciencia pacifista está muy extendida y permea hoy las instituciones. Fíjate si no en la reacción social que se produjo en 2003 en todo el mundo contra la invasión de Irak, particularmente en España (“no a la guerra”), donde el abandono de las víctimas civiles del bando democrático mantiene vivo el doloroso recuerdo de la guerra civil. Con todo, hace siglo y medio que no sufrimos las grandes guerras mundiales, que dieron lugar a una gobernanza débil pero suficiente para preservar una paz mundial hasta el día de hoy, pese a la guerra fría y los conflictos armados locales o regionales.

Ayuda a mantener esta paz, relativa pero bien significativa, la extensión y consolidación de una democracia que ha posibilitado el acceso pacífico y democrático en el siglo actual al gobierno en países americanos -por ejemplo- de una izquierda de tradición transformadora, al tiempo que fracasaron tentativas de golpe de Estado, las últimas en Bolivia (2020), y Estados Unidos (2021).

Lo que no quiere decir que debamos confiarnos, respecto al uso de la violencia entre clases y naciones para resolver los conflictos económicos, sociales o políticos. La falta de un Gobierno Mundial democrático, y efectivo, no nos permite asegurar que no pueda volver el tiempo en que miles o millones de personas mueran en la pugna por las condiciones de producción en el mundo. Los millones de muertos vienen ahora, como demuestra la pandemia global que estamos sufriendo, de la guerra contra la naturaleza que se recrudece conforme la guerra del hombre contra el hombre remite.

Sobre la segunda pregunta acerca de la “ideología dominante del Estado español”… Debemos tener claro que España es un país muy plural y heterogéneo constituido como Estado desde arriba, más por coerción que por consenso. Venimos de una tradición contemporánea de guerras civiles, por un lado, y de carencia de una revolución burguesa, con participación popular, instauradora de la democracia y la unidad nacional, como Francia y otros países, por el otro.

No obstante, venimos disfrutando desde fines del siglo XX un tiempo de estabilidad democrática larguísimo, casi medio siglo. Un aspecto más del cambio civilizatorio en el que estamos inmerso, pese a la violencia siempre subyacente de las desigualdades, el terrorismo y las guerras locales. Sin pasar por alto el nuevo fascismo que ha asomado la cabeza en los EE. UU. el 6 de enero de 2021, otrora el país más poderoso y democrático del mundo.

 

EL VALOR DE LAS FUENTES ORALES EN LA LABOR DE DIVULGACIÓN

JAAC: Los testimonios de vida y la síntesis académica son dos de los principales aportes de la oralidad en los archivos sonoros actuales. ¿Qué valor tienen las fuentes orales en el proceso de documentación de una investigación histórica? ¿Cuáles son las principales dificultades de producción de contenidos escritos, sonoros y audiovisuales especializados en temática histórica?

CBG:

Las fuentes orales tienen un gran valor, no sólo para divulgar la historia, también para su investigación en todas las épocas. La oralidad historiográfica es un nuevo paradigma que va más allá de la historia positivista que concedía a los documentos escritos el monopolio heurístico. En el contraste y la complementariedad de la evidencia oral y de la evidencia escrita, está una de las mejores vías de que disponemos para obtener aproximaciones globales y plurales de la realidad que investigamos.

Sobre la segunda pregunta: la producción de material multimedia sobre la historia está controlada en gran medida por las empresas mediáticas, con el pernicioso efecto de una baja calidad de los productos resultantes, deudores por lo regular de la vieja historia de los “grandes hombres” y las grandes batallas. Seguirá siendo así mientras no superemos el academismo que nos impide trabajar con videos, audios e imágenes, sea para divulgar sea para investigar la historia, porque una cosa va con la otra, si queremos ser eficaces.

 

LAS NUEVAS EXPERIMENTACIONES PARA LA DIFUSIÓN INFORMATIVA

JAAC: Muchos teóricos de la comunicación y la información periodística consideran que la labor de divulgación se ve muy favorecida con el actual contexto tecnológico ¿Cómo afectan los ciclos tecnológicos digitales al proceso tradicional de divulgación histórica? ¿Cómo afecta la multiplicación de plataformas de almacenamiento de archivos digitales al proceso tradicional de divulgación histórica?

CBG:

La historia digital es una forma extraordinaria de indagar y divulgar la historia. El problema es, como ya dije, la escasa profesionalidad de la historia que divulgan los media. Con todo, es posible la alta divulgación de la historia, sin murallas ni empresas intermediarias, entre la academia y un público culto. Es mi experiencia con la web personal hecha con mis trabajos digitalizados, que acumula ya 1.300.000 visitas. Un impacto que desborda los criterios actuales de las evaluaciones académicas, incluso la web academia.edu de reciente factura, útil para la comunicación entre colegas pero de difícil acceso para un público no académico. Hace mucho que hemos dejado atrás la meta final de nuestro esfuerzo investigador: llegar desde la academia a la sociedad.

 

JAAC: Las metodologías de divulgación histórica suelen venir determinadas por los temas de investigación, las novedades bibliográficas, los encuentros de investigadores, etcetera. ¿La divulgación histórica construida sobre áreas temáticas es más transversal e inclusiva? ¿La divulgación histórica construida sobre opiniones de historiadores es más estanca y estratificada?

CBG:

Es lo que venimos (auto) criticando. Partiendo del hecho de que la historia es una ciencia social, no tiene sentido trasladar a Internet la estratificación y la restricción académicas, produciendo en exclusiva y prioritariamente para engrosar el Curriculum Vitae… para después quejarse de que la gente no lee lo que escribimos. Pienso que se pueden hacer las dos cosas, es mi experiencia, investigar para otros investigadores al tiempo que para un público más amplio. Lo que exige adaptar los temas de estudio, al menos en parte, a la creciente demanda, social y cultural, transversal y global, de conocimientos históricos. Escribiendo siempre lo más claro posible,  y no renunciando jamás al rigor que nos distingue de la mayor parte de la historia-divulgación y la historia-ficción.

 

LA PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL Y LA TEMÁTICA HISTÓRICA

 

JAAC: El proceso productivo del cine documental está muy estandarizado y suele regirse por una serie de coordenadas rígidas. ¿Qué rasgos básicos debe tener un buen documental de temática histórica? ¿Por qué el género documental suele tener menos atractivo entre los consumidores de productos audiovisuales?

CBG:

Lógico, se prefiere la ficción, pero ojo que ésta suele ahora presentarse a sí misma como una “real”. La verdad es que, con frecuencia, la realidad histórica supera a cualquier obra de ficción. Un buen documental de temática histórica así y todo, además de aportar realismo, debería copiar de la mejor ficción estilo, tramas, montajes dinámicos, incluso dramatizaciones realistas. Realizando películas documentales donde la historia brille por su verosimilitud tanto como por el relato, combinando los dos significados ingleses del concepto de historia: history y story.

 

JAAC: El proceso productivo de ficción audiovisual (cine y series de televisión) suele ser una fuente de distorsión de la realidad histórica. ¿Por qué los creadores actuales de ficción audiovisual no documentan correctamente sus relatos y ambientaciones de temática histórica? ¿Qué documentales y películas de temática histórica han cambiado su forma de ver el pasado?

CBG:

Lo exigible cuando menos a los productores, directores y actores de una película histórica es un mínimo de realismo que evite anacronismos y propicie credibilidad. El mayor problema está, en mi opinión, en las mentalidades que suelen proyectarse desde el presente hacia el pasado. Agravado por el propio retraso de los historiadores en estudiar las mentalidades, individuales y colectivas (me cuento entre los pocos que lo hacemos). Por lo demás, la ficción escrita o audiovisual jamás van a renunciar a inventar lo que no saben, o lo que les conviene decir en cada momento y lugar. En fin, si la película es buena se perdonan más sus faltas de rigurosidad histórica, lo peor es cuando es mala y tiene además de histórica lo que los castillos de cartón.

¿Películas que me impactaron y emocionaron? Espartaco (Kirk Douglas), Novecento (Donald Sutherland), La confesión (Yves Montand)…, cuyos carteles adornan mis paredes.

 

EL REVISIONISMO Y LOS DERECHOS HUMANOS

JAAC: El movimiento memorialista ha despertado una gran polémica en España desde sus orígenes. ¿Por qué los sectores conservadores rechazan con tanta vehemencia la revisión histórica? ¿Por qué los poderes públicos suelen mostrarse incómodos ante los nuevos interrogantes surgidos de la revisión histórica?

CBG:

En ningún otro país occidental tuvo lugar, como en España, tamaña “limpieza ideológica” a lo largo de la guerra civil y el primer franquismo: 130.000  personas asesinadas por sus ideas democráticas, de izquierda o nacionalistas (periféricas). Las dificultades para conseguir, en los años 70, una ruptura neta de la dictadura a la democracia implicó una continuidad de las personas y la mentalidad franquistas, en las instituciones y en la sociedad, que tiene una incidencia electoral. Un 30 % de españoles eran, en 2019, partidarios de mantener la tumba de Franco en el Valle de los Caídos. Es por esto, además de las convicciones personales, que las derechas españolas siguen sin condenar el franquismo en sede parlamentaria, 40 años después de la transición. En este aspecto, y otros, en España tenemos una democracia incompleta, en permanente construcción (al menos para las fuerzas de progreso).

 

JAAC: La memoria histórica es un concepto ideológico e historiográfico relativamente nuevo. ¿Los colectivos memorialistas están construyendo una imagen del pasado irreal o parcial? ¿Los colectivos memorialistas están ideologizando en exceso el proceso de revisión histórica y el planteamiento de nuevos enfoques temáticos?

CBG:

Desde los juicios de Núremberg (1945-1946) el derecho internacional condena las masacres de origen e intencionalidad política (junto con la tortura) como delitos de lesa humanidad. Es conocida la insistencia de la ONU, también en España, para que se persigan oficialmente estos crímenes imprescriptibles bajo criterios de “verdad, justicia y reparación” de las víctimas de las dictaduras. No se trata sólo de revisar aquella historia que subestima, silencia o justifica los delitos de lesa humanidad, sino de promover el conocimiento completo de la verdad de la historia. No pocos políticos, jueces y militares de tradición de franquista pretenden mantenernos en la oscuridad y asegurar la impunidad para los represores. Tenemos sobre ello una deuda con los movimientos memorialistas, que tienen el apoyo de historiadores que ponemos en su justo lugar la investigación y la lucha por la verdad de lo que supuso la represión franquista, cuya verdadera dimensión y crueldad tan sólo vislumbramos.

 

EL REVISIONISMO HISTÓRICO Y EL NACIONALISMO ESPAÑOL

JAAC: El nacionalismo español ha utilizado el pasado como fuente de legitimación política. ¿El historicismo y el positivismo elaboraron relatos históricos mitificados y distorsionados? ¿Por qué los poderes públicos suelen mostrarse incómodos con los nuevos planteamientos de hipótesis y ante las nuevas conclusiones de investigación?

CBG:

El origen del positivismo es inseparable de la formación de los movimientos nacionalistas decimonónicos y el Estado-nación. Una relación que sigue viva hoy en día. La tendencia historiográfica sobre la Idea Histórica de España está precisamente vinculada al retorno del positivismo, y su historia de las “grandes figuras”, favorecido por la crisis irreversible de las vanguardias historiográficas del siglo XX. En el actual siglo, en cambio, la diversa “identidad nacional” deviene nuevo objeto de investigación histórica, a la vez que fuerzas democráticas fieles a la idea de progreso reivindican nuestra histórica pluralidad nacional, irreductible a una pre-constitucional España “una, grande y libre”.

 

JAAC: El tradicionalismo histórico y la historiografía españolista se niegan a abandonar el marco teórico que constituye su área de confort. ¿Los colectivos tradicionalistas siguen reproduciendo una imagen del pasado irreal o parcial? ¿Los colectivos tradicionalistas han estado ideologizando en exceso el proceso de investigación histórica desde el siglo XIX?

CBG:

La invención de la historia está presente en todas las historiografías nacionalistas, también en el españolismo historiográfico en boga. La función del historiador es, pues. combatir cualquier manipulación de los datos, separar la parte imaginada de la parte documentada de los relatos nacionales, así como abrir el legítimo debate de las interpretaciones plurales es acerca de las varias historias nacionales (española, gallega, vasca y catalana), al igual que hacemos o debemos hacer con otros temas históricos polémicos.

 

LOS HISTORIADORES Y LOS DIVULGADORES HISTÓRICOS

JAAC: La comunidad académica valora de forma muy diferente la labor de divulgación histórica y sus resultados. ¿Cuáles son las razones por las que el mundo académico suele fracasar a la hora de acercarse al público no especializado en temática histórica? ¿Cuáles son los principales errores cometidos por los divulgadores a la hora contar los hechos históricos?

CBG:

Se escribe para otros colegas no para el público en general, ni siquiera para el público culto. No ayuda el que los trabajos de divulgación no tengan casi reconocimiento en las evaluaciones académicas. La consecuencia es la baja calidad historiográfica de los escritos (lo mismo en otros formatos) de divulgación, monopolizada por los enfoques tradicionales (reyes, batallas, política, instituciones), cuando no pura historia anecdótica.

 

EL RADICALISMO POLÍTICO Y LA INSTRUMENTALIZADIÓN DEL PASADO

JAAC: La extrema derecha (neofascismo, neonazismo, nacionalismo xenófobo, supremacismo racial) tiene cada vez más fuerza en muchos países de Europa y América. ¿El radicalismo conservador podrían volver a cristalizar en las instituciones? ¿Qué opinión le merecen los periodistas e historiadores neofranquistas que tratan de minimizar las acciones de exterminio, encarcelamiento, explotación, coerción y humillación de las víctimas de la dictadura?

CBG:

Inquietante. Surge un nuevo tipo de fascismo que mueve multitudes, como se vio el mes pasado en los Estados Unidos, atizado por un Presidente que perdió las elecciones (parece una peli de ficción, pero fue real). En España la historia neofranquista que mencionas (por suerte con escasa influencia en la academia) ha contribuido a la radicalización del Partido Popular y el nacimiento de Vox. Es nuestra obligación seguir confrontando este renacer de una historia manipulada y defensora del Régimen de Franco con la buena investigación y mejor difusión. No sólo por fidelidad a los hechos, también por los valores éticos y democráticos que vienen guiando mayoritariamente nuestra profesión desde antes de la transición a la democracia.

Febrero, 2021.