Celanova de las
Tres Culturas, siglos X-XI*
Carlos Barros
Universidad de Santiago de Compostela
El proceso de
constitución de las ciudades medievales de Ourense, Ribadavia y Allariz, tiene
lugar en los márgenes de un espacio de poder, geográfico y social, que tenía
por centro el monasterio de Celanova factor principal de repoblación en el sur de
Galicia durante los siglos X-XI. Parte de vasallos dejarán justamente la abadía
de San Rosendo, contra la voluntad de los monjes, para habitar las nuevas urbes
según documentos reales del siglo XIII[1],
con toda probabilidad los judíos estaban entre los primeros repobladores: dos
siglos antes ya ejercían actividades urbanas por antonomasia en A Limia.
Judíos
mercaderes
Precisamente
dos documentos del tumbo del monasterio de Celanova, fechados en 1044 y 1047,
que el padre Fidel Fita publicó por vez primera en 1893[2],
nos dan excepcional noticia de unos mercaderes judíos protegidos por el noble
gallego-portugués Menendo González, frente a un Arias Oduáriz que había robado[3]
a dichos ebereos [4]
mercancías de lujo (mayormente, telas de seda[5]). Menendo acosa y prende al
caballero malhechor[6],
y quince meses más tarde el padre de éste, Odoario Arias, merino real y hombre
de Celanova[7],
se venga arrasando las tierras de Menendo
haciendo prisionero a su nieto Pelayo González. Finalmente, después de tres
años de conflicto, llegan a un acuerdo.
¿Quién es este Menendo González de mediados
del siglo XI? Un noble de nivel medio,
infanzón con intereses a los dos lados
del río Limia, que no debemos confundir[8]
con el dux y conde Menendo González[9]
(961-1008)[10],
nieto de San Rosendo[11]
muy emparentado con la monarquía leonesa, tutor de Bermudo II y suegro de
Alfonso V.
En el siglo XI
el reino de Galicia, que el rey García (1065-1071) hereda de su padre Fernando
I, llegaba recordemos- hasta el río Mondego en Coimbra[12],
siendo especialmente estrechas las relaciones de la región entre Miño y Limia (cuyo
que desemboca en Viana do Castelo) y la región entre Limia y Douro (cuyo que
desemboca en Porto)[13].
Podemos hablar pues, en los alrededores del año 1000, no sólo de una
unidad política entre los actuales Norte
de Portugal y Galicia, sino también de un continuum social[14].
San Rosendo nace en Salas, al pié
del Monte Córdoba de Santo Tirso, en las proximidades de Porto, donde estaba
uno de los palacios de sus padres, Ilduara y Gutierre[15],
el cual era conde "in partibus Gallecie atque Portugalis prouincie"[16].
Será de estas tierras portuenses de donde vendrá una parte de los siervos
domésticos que Rosendo instala en Cella Nova[17].
Su nieto dux Menendo González acabará siendo precisamente después conde
portucalense[18],
constando documentalmente que hacia 1004 tiene autoridad sobre el lugar de Maia[19],
entre Porto y Santo Tirso, donde, cuarenta años después, encontraremos precisamente
asentado al Menendo González de nuestra historia, quien siguiendo los usos de
los señores laicos y eclesiásticos de la época mantiene intereses, relaciones y
tal vez residencias, a ambos lados de una frontera que no existía[20],
ni siquiera formalmente, antes de la autoproclamación del conde portucalense,
Afonso Henriques, como primer rey de
Portugal (1140). Hasta ese momento Portucale
era una jurisdicción gallega altomedieval con capital en Porto, cuyo primer
conde fue Vimara Pérez, a mediados del siglo IX: en los tiempos de San Rosendo
y Menendo González (siglos X-XI)
resultaba indistinto donde estuviesen los siervos, las jurisdicciones y las residencias señoriales, no salían del
territorio gallego de
Existen varias referencias
documentales, al norte y al sur del río Limia, del caballero Menendo González
entre 1044 y 1065[21], año de su fallecimiento según los
Annales portucalenses veteres. Entre
1044 y 1047 lo encontramos, pues, enzarzado con el problema de sus socios
judíos en tierras de Celanova. En 1045 confirma, además, un documento en Leça.
En 1048 consta su autoridad señorial
sobre Guimarei en Santo Tirso, la tierra madre de San Rosendo. En 1049 confirma un documento de Fernando I en
favor del monasterio de Guimarâes, donde asiste asimismo a un juicio en 1050.
En 1053 preside otro juicio en la región de Maia, donde ejerce como señor. En
1054, pleitea con Celanova por la iglesia de San Pedro de Laroá, en Xinzo de
Limia, que el rey Fernando resuelve en favor del monasterio. En 1058 confirma
-después de tres condes y junto a un reconciliado Odoario Arias- una donación
particular en favor de Fernando I del monasterio de Albarellos (Boborás, Ourense). En 1059 está incluso presente
en un juicio real en Palencia[22].
Diversificación propia de la nobleza gallego-portuguesa altomedieval,
continuando la tradición secular
romano-suévica, que parece inclinarse más, en este caso concreto, por
las tierras portucalenses, aunque el
probable origen remoto de Menendo, y de los demás nobles que andaban por
tierras de Porto, Braga y Coimbra, esté al norte del río Limia[23],
donde no desprecia oportunidad de consolidar su posición.
La
historiografía medieval portuguesa ha prestado más atención a este modesto
Menendo González de la primera mitad del siglo XI, que al nieto de San Rosendo
y gran conde de todo el territorio gallego, con capital en Porto, en la segunda
mitad del siglo X. Después de la independencia de la Galicia bracarense con el
nombre de Portugal, el monje del monasterio de Santo Tirso redactor de los Annales
portucalenses veteres, favorable a la nobleza rebelde dirigida por el conde
portucalense Nuno Mendes y derrotada en 1071 por el rey García de Galicia, trata
a nuestro Mendo Gonçalves (muerto seis años antes de esta batalla perdida por los
nobles rebeldes de los "fines provincie Galicie"), "varâo ilustre e de grande
poder en todo Portugal", patrono del monasterio y señor de
En el documento
de 1047 sobre el robo de los judíos vemos como Mendo Gonçalves incrementa, de
resultas del pacto final con Oduario Arias y su valedor Menendo Godinaz, sus
propiedades con los lugares de Soutomel
(A Bola) y Villariño (A Merca)[25], entre Celanova y Allariz, engrosando con
seguridad anteriores posesiones suyas en A Limia. Por el carácter celanovense
de las fuentes, los protagonistas y los acontecimientos que relata, lo más probable es que el ataque que relata
el documento de 1044 contra las tierras de Menendo por parte Oduario Arias, en
venganza por la prisión de su hijo, tuviera lugar en tierras de A Limia, donde estaría pues la casa que Menendo dejó a
sus amigos judíos para los negocios suntuarios de importación, en el Camino a
Santiago de peregrinos y mercaderes, que servía de vuelta también para la
exportación del vino del sur orensano.
El primer documento
(1044) sobre el conflicto de los judíos mercaderes dice que "tenebat ipse
Menindus Gundesalviz suos hebreos in sua casa que faciebant suo mercatum"[26].
Entendemos que Menendo permitía, bajo su protección y compartiendo ganancias[27],
que dichos mercaderes judíos practicasen el comercio "in sua casa", donde
ofrecían sus telas de importación a quien pudiese comprarlas (o hurtarlas como
el joven hijo del merino real). Con lo que tenemos un ejemplo bien temprano de una
asociación comercial entre nobles y mercaderes[28],
que importan productos lejanos y exóticos para un comercio local y señorial, lo
cual ratifica la idea de una Galicia medieval que vive, desde Compostela a Celanova,
las innovaciones económicas de la Europa más avanzada de la época.
El auge del
comercio medieval, tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico[29],
data justamente del siglo XI: "En la Europa occidental ni el clima, ni el
relieve, ni las largas distancias suponían grandes obstáculos para la circulación
de personas y mercancías"[30].
El reino altomedieval de Galicia participa en primera línea, pues, del "giro
del siglo XI" al transformarse el Camino europeo de Santiago en un fenómeno
económico de "importancia relevante", promoviendo el intercambio de mercaderías
y el renacimiento urbano, atrayendo para tal fin a francos y judíos[31]. La debilidad de las jurisdicciones de realengo
en Galicia, donde la influencia de la monarquía estaba mediatizada por la
nobleza eclesiástica y laica, no impidió su pronta integración en el naciente
comercio internacional[32]
(uno de cuyos centros era la Península Ibérica[33]),
que tenía como protagonistas destacados a los mercaderes hebreos. Los judíos,
que ya comerciaban con los visigodos[34],
bien dispuestos por su "extranjería" para el comercio[35],
sustituyen en
¿Podrían formar
los judíos de Menendo parte de su servidumbre? Difícilmente[39].
Los judíos del siglo XI que ejercían el comercio[40],
aun pudiendo ser siervos sus progenitores, solían estar bajo la protección real[41],
al margen por consiguiente de la jurisdicción señorial[42].
Fernando I fue un monarca especialmente tolerante con los judíos: le pagaban
tributos[43]
y El-Rey los defendía; por lo que no
debe extrañarnos que Menendo González, caballero de su corte, hiciese lo mismo[44],
y tratara de sacar beneficio económico de su alianza con ellos. El papa
Alejandro II, en 1066, aplaude la política activa de Fernando I en defensa de
los judíos, contraponiéndolos a los musulmanes que dice- persiguen a los
cristianos y han de ser combatidos[45]. La convergencia de la política
protectora hacia los judíos en
¿De dónde podían venir estos mercaderes judíos amigos de Menendo? Frente a la tesis clásica de Henri Pirenne[46]
sobre judíos errantes, productos de lujo
y un comercio de larga distancia
generador del auge económico medieval, se insiste más hoy en día en el
papel de los mercados y los mercaderes locales y regionales[47]. En la realidad, ambos factores se
entremezclan, y, desde el comienzo del proceso urbanizador que sigue al año mil,
tenemos a mercaderes instalados en las ciudades del Camino de Santiago, al
igual que en sus proximidades y rutas secundarias -fundamentales para entender
la formación del sistema urbano en Galicia-, viajando cuando era preciso,
actuando incluso como corresponsales de otros mercaderes europeos[48].
Inferimos, pues, que los judíos
asociados a Menendo en el interior de Galicia, conectados con el Camino de
Santiago[49]
utilizando como base circunstancial la casa limiense de su caballero defensor
y, de forma tal vez más permanente, algún burgo altomedieval del sur orensano[50].
Judíos viticultores
San Rosendo
funda la abadía de Celanova, en 942, con los bienes que había heredado de sus
padres "in suburbio Conimbrie", y una villa que su madre Ilduara le había
donado, en 938, asimismo cerca de Coimbra, que viene a sumarse al predio original,
denominado Villare, donde se edificó el
monasterio, que fuera donado en 936 por su hermano Froila[51].
Patrimonio que será incrementado, en 950, por su hermana Adosinda, quien con su
marido el conde Ximeno, tío de Ordoño III, redondea las posesiones del
monasterio familiar en el límite meridional del reino altomedieval de Galicia:
"In arravalde de civitate Colimbria corte cum domos et intrinsecus sive et
vineas quos eminus de iudeis inquires, vel alias vineas quas ibidem habemus ganatas et comparatas"[52].
La hermana y el cuñado de Rosendo cedían a
Celanova un importante predio rústico con casas y viñas cuidadas, desde
hacía tiempo, por sus judíos, junto con otras viñas adquiridas posteriormente.
Estos judíos campesinos, ahora trabajadores de Celanova, instalados cuando
menos en las afueras de Coimbra con anterioridad al reparto de 934, seguramente desde los tiempos
del abuelo de Rosendo, el conde Hermenegildo Gutiérrez (869-911)[53],
mayordomo de Alfonso III, conquistador de Coimbra en 878 (que vuelve al Islam,
en 987, y es reconquistada, en 1064, por Fernando I) y repoblador de las tierras entre el Duero y
el Mondego con gallegos del Norte, reserva demográfica de Alfonso III[54],
en cuyo reinado principia según Sánchez Albornoz y otros autores la presencia
de los judíos en la vida de la Corona astur-leonesa[55].
La monarquía asturiana tendrá en la Galicia meridional del siglo X una
relevante y duradera experiencia, rural y protourbana, de convivencia social,
interreligiosa e intercultural, que incluía la población servil y servirá de
prólogo a consolidadas aljamas judías en las cercanas villas de Allariz,
Ribadavia y Ourense.
Estos datos precoces
sobre judíos viticultores (siglo X) y judíos comerciantes (siglo XI) en
tierras celanovenses no sólo son importantes, por lo tanto, para la
historia judía de la Galicia, documentan asimismo desde los trabajos de Fidel
Fita en el siglo XIX- la instalación renovada de judíos en el ámbito de toda la
monarquía cristiana noroccidental[56],
después del paréntesis represivo visigodo y la posterior colaboración hebrea en
la ocupación islámica. A partir precisamente de la noticia celanovense de 950,
Sánchez Albornoz infiere, pues, que los primeros judíos gallegos y asturleoneses habitaban en las
ciudades y tierras de la Galicia bracarense reconquistadas al Islam en tiempos
de Alfonso III (866-910)[57]. Habría que incluir ulteriormente judíos
como los de Menendo atraídos a Galicia, en el siglo XI, por el comercio
internacional y el Camino de Santiago[58].
No deja de ser paradójico, por otro lado, que habiendo sido repoblado el sur de
Galicia y el norte de Portugal pensando con mentalidades actuales- con
gallegos del norte, de la Galicia lucense de los suevos, sean judíos y
musulmanes acostumbrados a la libertad religiosa imperante en Al-Andalus
quienes hagan posible la Galicia de las Tres Culturas, que no hubiera sido
tampoco posible sin interlocutores tolerantes de una nobleza gallega del Sur,
eclesiástica y laica, acostumbrada al Islam de las Tres Culturas y simbolizada en
San Rosendo y Menendo González.
El origen
andalusí de nuestros judíos altomedievales ayudará a comprender mejor los casos de hebreos gallegos que
utilizan el nombre árabe Cidi, en femenino y masculino, en A Coruña y
Toxosoutos en los siglos XI y XII, respectivamente[59],
al igual que dos musulmanas de Caminha y
Celanova a principios del siglo X[60];
o la presencia de nombres judíos como Salomón, Zacarías, Susana y Halephe, en
una lista celanovense de siervos "moros" de principios del siglo XI[61].
Esta Galicia
altomedieval de cristianos, sarracenos y judíos, auspiciada por reyes, nobles y
prelados, esta ya lejos de la política legal que dispensaron los católicos
reyes visigodos a los obstinados judíos por todas las provincias de España,
"per cunctas Spaniae provincias", sometiéndolos a servidumbre; regalando el rey
estos nuevos siervos a "fidelissimos christianos" que habrían de separar a los
hijos de los padres a fin de reeducarlos e impedir que siguiesen la "infidelidad"
de sus progenitores[62].
Los concilios visigóticos legislaban como si los hijos heredaran la infamia de
sus padres, puesto que no podían acceder a cargos públicos, aun convirtiéndose al
cristianismo[63]. En el siglo VII[64]
se constata ya, bastante antes de la invasión de 711, el fracaso de esta política discriminatoria y
represiva[65],
de forma que en los nuevos reinos cristianos tiende a imponerse una política
más tolerante y duradera, pese a la ideología neogoticista de la Reconquista.
El judaísmo medieval como
fenómeno de larga duración se caracterizará, por consiguiente, por la levedad y
reversibilidad de las conversiones. Más aún en Galicia medieval donde no detectamos
judíos conversos, ni siquiera en
Sarracenas
y libertas
¿Pudieron verse más facilitadas
las conversiones al cristianismo entre los musulmanes de condición esclava o
servil? Sin lugar a dudas, musulmanes y musulmanas son parte frecuente del
botín caballeresco de la guerra contra el Islam, al tiempo que trabajadores
especialmente hábiles para tareas domésticas, artesanales y campesinas. La
reconquista de Coimbra nutre a la familia de San Rosendo de "siervos moros", como
se ve passim en la primera
documentación de Celanova. En 916, Gutier Menéndez dona a su esposa Ilduara
"servos vel origine mauroron"[67].
En 943, es el propio Rosendo quien concede la libertad a su sierva Muzalha[68],
entregándole ganado y propiedades rústicas en las cercanías de Celanova y en Portugal
(Leça[69])
para que pudiera sobrevivir como campesina más o menos libre[70].
Muzalha había conservado su nombre árabe como tantos otros siervos moros,
convertidos o no, de propiedad eclesiástica o laica[71],
y pueda que algo más que el nombre, porque al manumitirla San Rosendo impone a
su liberta perpetuas obligaciones rituales como dar limosna a los pobres por su
alma, portar un cirio y hacer ofrenda por Navidad, el día del Nacimiento del
Señor[72]. Permanencia de la onomástica musulmana[73]
en tierras de Celanova que alcanza también a hombres libres (Habze, Abdella),
parte de las elites rurales durante la segunda mitad del siglo X[74],
aunque el dato más sorprendente al respecto tiene que ver con la nobleza
emparentada con San Rosendo: una de cuyas cuñadas se llamaba Sarracina, que junto
con su marido Froila, dona en 936 el lugar de Villare para construir la abadía
de Celanova[75].
No se trata de un caso aislado, Sarraceno y Sarracena
como nombres propios aparecen, con algunas variantes, veinte y dos veces más en
la documentación celanovense de los siglos X-XI[76],
y también en otros lugares de Galicia[77]. Sarraceno,
sarracino, sarrazín" es un adjetivo étnico transformado en sobrenombre y
también nombre[78] con
la significación de árabe, musulmán. A
diferencia del término "moro", la denominación sarraceno no parece tener entre
nosotros en
Pensamos que Sarraceno/a como
antropónimo sirve, o sirvió, de honra y recordatorio en la Galicia nobiliaria
de los siglos X-XII de las victorias militares contra el Islam, además de indicar
en general una identidad musulmana, pasada y/o presente, de tipo por lo regular
servil y popular. Que se diferencie así, dos acepciones en apariencia contradictorias de un mismo
nombre, dice mucho de la amplitud mental respecto de "moros y cristianos" de
nuestros nobles y prelados altomedievales. Pasa algo semejante con el nombre Cidi
compartido como vimos en Galicia por hombres y mujeres, musulmanes, cristianos y
judíos. El significado en árabe de Cid, señor, facilita su utilización en los
grupos dirigentes laicos, no en vano el
Cid más conocido desde el siglo XI es "El
Campeador". La relación jerárquica y militar con el Islam favorece, en suma
paradójicamente, el trasvase de ciertos nombres árabes, si bien las causas
dependen parcialmente de la ubicación social, en medios nobiliarios y
caballerescos se hacen llamar Sarraceno o Cidi por razones de prestigio, en
medios populares por razones identitarias o para imitar a los señores: lo
primero desde luego favorece lo segundo; ambas causalidades implican un
contexto general de tolerancia, pese a la guerra con el Islam, que se da más en
Galicia que en otros lugares.
El uso de nombres musulmanes
en las tierras de Celanova -y en otras partes
de Galicia- incluye de manera notoria a poseedores, letrados y gente noble vinculada al Monasterio y su
señorío: "don Froila, casado con doña Sarracina, fundadores del Monasterio de
Celanova", se recordará siglos después en el Tumbo de Sobrado[83].
Si la cuñada de San Rosendo era Sarracina se comprende porque la liberta do
origen musulmán, necesitada de obligaciones cristianas, podía seguir llamándose
Muzalha. Detrás de los nombres está la verdadera religión, incluso tratándose
de conversos, salvo información en contrario. Cuando tenemos siervos y
campesinos ostentando nombres musulmanes, podemos inferir como probabilidad
colectiva que son musulmanes, pero no podemos asegurarlo de manera individual.
Para saber con mayor certidumbre si tal o cual nombre árabe es mudéjar
(musulmán tolerado en los reinos cristianos), conversa (musulmán bautizado, se dirá también morisco) o
mozárabe (emigrante cristiano de origen andalusí) necesitamos al menos un
segundo dato. Así y todo, se producen paradojas como Muzalha, nombre musulmán y
teóricamente conversa, y Iulia, nombre latino y seguramente musulmana, según
veremos a renglón seguido.
Goldegroto,
mujer de Adanaricum Marvan, y sus hijos,
conceden la libertad a su sierva Iulia, cuyos padres -dicen- fueron musulmanes:
"fuerunt genitores tui de tribus Ismaelitarum tribu Salomonorum"[84].
La primera mención genealógica no presenta problemas: es corriente que se llame ismaelitas a los musulmanes[85],
quienes dicen provenir del linaje de Ismael, el hijo que tuvo Abraham con una criada,
en lugar de Isaac, su descendiente legítimo reconocido por Dios, según la
tradición judeo-cristiana. Menos fácil es interpretar la relación genealógica
de Iulia, y sus padres, con Salomón, rey de Israel, que ha proporcionado
símbolos importantes hasta el día de hoy para el judaísmo: el Templo[86]
y el Sello (estrella de cinco puntas) de Salomón. Sin embargo, en cuanto a linaje, los judíos se remontan más
bien a Abraham, a través de Isaac, como hemos visto. Siendo los cristianos, a
partir de los evangelistas, quienes reivindican para Jesús la descendencia
directa del rey David, a través de su hijo Salomón. Paralelamente, en lo que
después fue Etiopia, se ha formado una tradición no menos antigua, que atraviesa toda
La presencia
medieval de musulmanes y esclavos (mal diferenciados semánticamente de los
siervos en
Los otorgantes del
documento en favor de Iulia nos remiten a un estatus de élite campesina[89],
con una actitud especialmente considerada hacia la criada manumitida, tanto en
lo religioso como en lo racial, si lo comparamos
con las menciones a otros "siervos moros" cuya conversión al cristianismo
consta en los documentos de Celanova con el añadido de las citadas connotaciones
negativas[90].
Este respetuoso reconocimiento hacia el año mil[91]
de la doble ascendencia de Iulia, por
parte de
La carta de manumisión empieza
con un "in Dei nomine", la redención social de Iulia, "libera et absoluta"[93],
sin las restricciones que San Rosendo años atrás había impuesto a Muzalha, en nombre
siempre del Dios común a judíos, moros y cristianos. Con lo que no ha lugar a
las obligaciones rituales cristianas que Muzalha recibió del fundador de
Celonova: nada indica, pues, en el documento que Iulia sea realmente conversa,
y menos todavía que se le obligue a cambiar la religión de sus ensalzados genitores por el hecho de pasar a una
condición social libre.
Tenemos para
nosotros que esta especial liberalidad social y religiosa de Goldregoto y sus
hijos, se explique también por el más que probable origen musulmán de Adanaricum: "virum meum
Adanaricum cognomento Marvan". El hecho de que su marido tenga un nombre propio
germánico-cristiano seguido de un sobrenombre ("congnomento") a modo de apodo tan claramente
musulmán[94],
nos conduce a pensar en una conversión
reciente, lo que obliga a incluir un segundo nombre (sarraceno, en este
caso) en el documento para que no haya dudas sobre la identificación de
Tanta conformidad
y alabanza ecuménica, rozando el filoislamismo, contradice el que Iulia pueda tratarse de una musulmana
conversa, el tono empáticamente
ismaelita y salomónico de la scriptura
ingenuitatis va más bien en la dirección contraria, Y el uso por la parte
de la musulmana Iulia[95]
de un nombre latino, no nos sirve aquí para argumentar un supuesto cristianismo[96]:
los nombres latinos, griego-romanos, son utilizados en
Concluimos que
el carácter más tolerante en cuanto a convivencia de las Tres Culturas de la
Celanova de San Rosendo se explica por el reciente traspaso de las tierras
gallego-portuguesas de Celanova del dominio islámico (de tradición más abierta
hacia las minorías étnico-religiosas) al dominio cristiano, al escaso "control"
religioso por parte de una iglesia en poder de los laicos y a la menor rigidez del monacato previo a la
expansión de Cluny. La abadía fundada en Celanova por San Rosendo es un ejemplo
notorio de monasterio altomedieval,
vinculado a una familia de la alta nobleza, no sujeto formalmente a una regla
monástica[99]
y menos aún a una organización monástica superior, de ahí la permeabilidad a
las formas laicas de relación fluida entre cristianos, moros y judíos,
representadas en toda la escala de poseedores por los familiares nobles de San
Rosendo, el infanzón Menendo González y la
mujer acomodada Goldregoto.
Dejamos para el final comentar la influencia más
espectacular del islamismo en la Celanova del siglo X, que no se da en la
onomástica sino en el arte. El marido de Sarracina y hermano menor de Rosendo,
Froila, dona, en 936, las tierras cercanas a la vivienda paterna en Vilanova
dos Infantes donde estará situada la nueva abadía, una de cuyas capillas,
dedicada a San Miguel, se construirá en primer
lugar por iniciativa del propio Froila y estará consagrada en su nombre[100].
La iglesia prerrománica de San Miguel de Celanova exhibe unos "componentes mozárabes que se revelan
sorprendentes" siguiendo la "tradición cordobesa", en especial el arco absidal[101].
Escuela marcada por la mezquita de Córdoba, expresión máxima del primer arte
islámico de los siglos VIII-X,
peninsular y occidental. Esta iglesia, considerada en el siglo pasado "mozárabe"
en la historia de los estilos artísticos, simboliza la tolerancia hacia el
Islam, metamorfoseada en admiración
artística[102],
en las tierras altomedievales de Celanova. La falta de documentación sobre
presencia mozárabe en Celanova[103]
y si de un significativo número de musulmanes, más o menos convertidos,
especialmente visibles en el momento de la fundación y en las cercanías del edificio
original[104],
nos lleva a considerar de modo más genuino una participación directa mudéjar,
con el patrocinio de Fruela y su mujer Sarracina, en la construcción primera de
la abadía de Celanova.
*
"Celanova de las Tres Culturas, siglos X-XI", Rudesindus.
O legado do santo, XI Centenario do nacemento de San Rosendo, Santiago, Xunta de Galicia, 2007,
pp. 88-105.
[1] José M. ANDRADE CERNADAS, El monacato
benedictino y la sociedad de la Galicia medieval (siglos X al XIII), pp.
166-170.
[2] Fidel FITA,
"Los judíos gallegos en el siglo XI", Boletín de
[3] El asalto de
recuas con mercancías era habitual en aquel tiempo y nadie estaba a salvo:
unos años antes del asalto sufrido por
los judíos de Menendo, un noble en situación de rebeldía con el rey de León
ataca una recua de 25 mulos enviados por el rey Bermudo III a Gomariz (Leiro) a
recoger el preciado vino del Ribeiro de su propiedad, Enrique FLÓREZ, España Sagrada, vol.
XIX, p. 394-396.
[4] Se trata de una acción delictiva de tipo económico,
pero no podemos excluir motivaciones secundarias de tipo étnico-religioso, que
no llegarían en cualquiera caso a la intencionalidad antijudía del bando
nobiliario de los Cadórnigas cuando ataca, en 1442, la sinagoga de Ourense y
roban simbólicamente a los judíos sus "árboles", Carlos BARROS,
"El otro admitido. La tolerancia hacia los judíos en
[5]
[6] Precisamente,
en 1047, otro caballero malhechor mata a dos iudeos en el Camino de Santiago
en Navarra, entre Albelda y Viguera; publica Fidel FITA, "Primer siglo
de Santa María de Nájera", Boletín de
[7] En 1058,
Odoario Arias era merino del rey Fernando I en tierras de Bubalo, antigua
denominación de la tierra de Celanova, y aparece confirmando, al lado de su
contrincante Menendo, un documento real; tenía además Odoario buenas relaciones
con el monasterio, algunos de cuyos siervos poseía en régimen de custodia, O
Tombo de Celanova, tomo I, pp. 312, 336-337; tomo II, p. 671.
[8] Cae en el
malentendido Benito F. Alonso, que además califica extrañamente de "judío" al
caballero a Arias Oduáriz agresor de judíos, "Los judíos en Orense (siglos
XV al XVII)", Boletín de la Comisión de Monumentos de Orense, vol.
II, Ourense, 1902-1905, pp. 161-162.
[9] Resulta,
además, que el abuelo de este encumbrado Menendo, anterior a los hechos que
analizamos, fue asimismo conde y se
llamaba Menendo González (926-943): un
nombre y un apellido, intercambiables y de uso común entre la nobleza durante
Alta Edad Media gallega entre los siglos X y XII (véase la nota 21).
[10] Justo
PÉREZ DE URBEL, Historia del Condado
de Castilla, vol. II,
Madrid, 1970, pp. 792-793.
[11] O Tombo de Celanova, tomo I, pág. 15.
[12] Véase, por
ejemplo, el mapa histórico de A. H. de OLIVEIRA MARQUES, História de
Portugal, vol. I, Lisboa, 1974, pp. 46-47.
[13] Debemos
insistir, por su pertinencia en el tema que nos ocupa: en el siglo XI no
existía el reino de Portugal, si bien desde el siglo IX se venían utilizando
expresiones específicas para denominar los territorios al sur de los ríos Miño
y Limia como "extremi fines provincie Galicie", "in extrema Dorii",
"Portucale"; si bien en 1078 se sigue ubicando Braga en Galicia, "in urbe bracara prouintia
galletia", reconoce Damiâo PERES, Como nasceu Portugal, Porto, s/d, pp.
45-47.
[14] El desarrollo
temprano de historiografías separadas por el río Miño aún hace todavía hoy
difícil tratar como objeto único de investigación la Galicia lucense y la
Galicia bracarense anterior a la escisión en el siglo XII, espacios que
siguieron íntimamente relacionados hasta el final de
[15] Los padres gallegos de San Rosendo tenían una residencia señorial en Santo
Tirso, otra en Portomarín y una tercera en Vilanova dos Infantes, cerca de
Villare, lugar donde su hijo Rosendo con el apoyo paterno funda Celanova, María del Carmen PALLARES, Ilduara, una
aristócrata del siglo X , Santiago, 1998, pp. 13-16.
[16] Ordoño de Celanova: Vida y milagros de San Rosendo, A Coruña,
1990, pp. 116-121; la obra fue escrita con posterioridad a la separación de
Portugal, que a partir de entonces se nombrará habitualmente al margen de
Galicia; véase también Jesús FERRO COUSELO, "Monte Córdoba, priorato de San
Rosendo de Celanova en Portugal", Boletín Auriense. tomo III, Ourense,
1973, pp. 7-13; Benito de la CUEVA, Historia de los monasterios y prioratos
anejos a Celanova (siglo XVII), María Teresa GONZÁLEZ, edit, Granada, 1991,
p. 93.
[17] O Tombo de Celanova, tomo I, págs. 222-226.
[18] A. H. de OLIVEIRA
MARQUES, História de Portugal, vol. I,
pág. 48.
[19] José MATTOSO, A
nobreza medieval portuguesa, Lisboa, 1987, p. 148.
[20] Realmente la frontera política de las
monarquías, trazada a lo largo del siglo XII, no separará social y mentalmente
el sur de Galicia y el norte de Portugal hasta finales de
[21] Cuarenta y
cinco años después, en 1110, aún aparece un cuarto Menendo González en tierras
de Trasancos, Lavacengos y Arros, en las cercanías de Ferrol y Ortigueira,
prestando obediencia a Diego Gelmírez, Historia Compostelana, Emma Falque, edit., Madrid, 1994,
p. 141.
[22] O Tombo de Celanova, tomo I, págs. 388-390, 504-508; tomo II,
pág. 671; Colección diplomática de Fernando I (1037-1065), León 1987,
pp. 119-121; José MATTOSO, A nobreza
medieval portuguesa, pp. 212-213; hay que añadir que, en 1064, aparece este
Menendo entre los confirmantes de una donación de Fernando I a los monjes de
Lorvâo, agradeciéndoles su apoyo en la toma de Coimbra, se trata en realidad de
un documento fraudulento, en castellano y redactado en el siglo XVI, Colección
diplomática de Fernando I (1037-1065)
pp. 178-182.
[23] Fueron nobles
de la Galicia lucense los que repoblaron la antigua archidiócesis
bracarense consolidándose como magnates
entre el Miño y el Mondego, Salvador de MOXO, Repoblación y sociedad en la
España cristiana medieval, Madrid, 1979, pp. 46-47, 51-54.
[24] José MATTOSO,
Ricos-homens, infançôes e cavaleiros. A nobreza medieval portuguesa nos séculos
XI e XIII, Guimarães, 1985, pp. 13-14, 51, 87, 131.
[25] O Tombo de Celanova, tomo I, p. 517.
[26] O Tombo de Celanova, tomo I, p. 504.
[27] El documento viene a decir que Arias Oduariz arrebata
lo ganado por los judíos y el mismo Menendo: "arripinatum ipsos iiudeos de
omnem suo ganato et de ipsius Menindus Gundesalviz", O Tombo de Celanova, tomo I, p. 504; sobre el significado medieval de
ganato, véase Joan COROMINAS, Diccionario
crítico-etimológico castellano e hispánico, vol. III, Madrid, 1984, pp.
65-68.
[28] Charles-Emmanuel
DUFOURQ, Jean GAUTIER-DALCHÉ, Historia económica y social de la España
cristiana en
[29] José Ángel
GARCÍA DE CORTÁZAR, Historia general de
[30] Carlo M.
CIPOLLA, ed., Historia económica de Europa.
[31] Charles-Emmanuel
DUFOURQ, Jean GAUTIER-DALCHÉ, Historia económica y social de la España
cristiana en
[32] Se constata esta paradoja en Jean GAUTIER
DALCHÉ, Historia urbana de León y Castilla en
[33] Roberto S.
LÓPEZ, La revolución comercial en la Europa medieval, Barcelona,
1981, p. 151.
[34] Manuel
VALLECILLO, "Los judíos de Castilla en
[35] Roberto S.
LÓPEZ, La revolución comercial en la Europa medieval, p. 100.
[36] Roberto S. LÓPEZ, La revolución comercial
en la Europa medieval, p. 99.
[37] José Luis MARTÍN, La ruta comercial del Camino de
Santiago, Madrid, 1985, p. 6.
[38] ídem,
p. 19.
[39] Frente a las
conjeturas al respecto de Muñoz y Romero, Sánchez Albornoz expone sus razonables
dudas sobre ello en "Los judíos en los reinos de Asturias y León (732-1037)", Viejos y nuevos estudios sobre las
instituciones medievales españolas, tomo III, Madrid, 1980, p.1629.
[40] Sí encontramos,
en cambio, según veremos, judíos campesinos asentados en tierras de Celanova en
el siglo X, cuya condición servil no podemos excluir de manera tan clara.
[41] Henri PIRENNE,
Las ciudades de
[42] Los judíos que
durante
[43] Manuel
VALLECILLO, Los judíos de Castilla en
[44] Igual que Don Raimundo
de Borgoña cuando toma medidas, en el mismo siglo XI, para proteger a los
mercaderes del Camino de Santiago, Jean GAUTIER DALCHÉ, Historia urbana de
León y Castilla en
[45] Manuel
VALLECILLO, Los judíos de Castilla en
[46] Henri PIRENNE, Las ciudades de
[47] José María
MONSALVO, Las ciudades europeas del
Medioevo, Madrid, 1997, pp. 98-100.
[48] Manuel
VALLECILLO, Los judíos de Castilla en
[49] Hay evidencias
claras de la participación de judíos en el Camino de Santiago desde el siglo
XI, Carlos BARROS, Galicia xudía,
Santiago, 1994, pp. 10-15; las telas que ponen a la venta en las tierras de
Celanova no perecen venir, por consiguiente, de Al-Andalus, como deduce Claudio
Sánchez Albornoz (siguiendo a Gómez Moreno), Estampas de la vida de León
hace mil años, Madrid, 1934, pp. 18-19.
[50] Escribió el
padre Fita que los mercaderes judíos podían ser de Allariz, considerando la
importancia posterior de su comunidad judía: "Imagino que fueron los de
Allariz, puesto que su aljama, antigua y floreciente, con barrio separado del
cristiano, se describe en aquella villa por carta de avenencia (20 de mayo de
1289) que ha publicado Amador de los Ríos", "Los
judíos gallegos en el siglo XI", Boletín
de
[51] Véase la nota
75.
[52] O Tombo de Celanova, tomo I, pp. 10,
19, 27; tomo II, pp. 662-664.
[53] José MATTOSO, A
nobreza medieval portuguesa, pp. 117-121.
[54] Salvador de MOXO, Repoblación y sociedad
en la España cristiana medieval, pp. 46-54.
[55] Manuel
VALLECILLO, Los judíos de Castilla en
[56] Claudio
SÁNCHEZ ALBORNOZ, Los judíos en los
reinos de Asturias y León (732-1037), p. 1622 nota 18; David ROMANO,
"Judíos hispánicos en los siglos IV-IX", De
la antigüedad al medievo. Siglos IV-VIII, Ávila, 1993, p. 264.
[57] No
confirmamos, sin embargo, la hipótesis de Don Claudio sobre otros judíos que
pudieron haber llegado de Al-Andalus acompañando a supuestos emigrantes
mozárabes, siguiendo la teoría onomástica de Gómez Moreno (1919) sobre los
artífices cristianos arabizados de algunas iglesias prerrománicas que llamó
"mozárabes"; supuesto dificultosamente aplicable a la Galicia altomedieval donde detectamos más
bien documentalmente como también dice Sánchez Albornoz- la presencia de
judíos y musulmanes que vivían de
antiguo en los territorios recuperados al Islam; si alguno de estos sobre todo
"siervos moros" del botín de guerra- aparecen en la documentación con nombres
de uso cristiano, latino o germánico, es por lo regular a causa de una conversión al cristianismo forzada, en
determinados casos, por las circunstancias.
[58] Claudio
SÁNCHEZ ALBORNOZ, Los judíos en los
reinos de Asturias y León (732-1037), pp. 1623-1624.
[59] Francisco CANTERA, José maría MILLÁS, Las
inscripciones hebráicas de España, Madrid, 1956, p. 34; Francisco PÉREZ
RODRÍGUEZ, Os documentos do Tombo de
Toxosoutos, Santiago, 2004, p. 110.
[60] Eligio RIVAS, Onomástica persoal do
Noroeste hispano, Lugo, 1991, p.136;
Tombo de Celanova, tomo II, p. 577.
[61] O Tombo de Celanova, tomo II, p. 627.
[62] José VIVES, edit.,
Concilios visigóticos e hispanoromanos, Barcelona, 1963, pp. 535-536.
[63] ídem,
p. 213.
[64] El IV Concilio
de Toledo certifica, en 633, el inutilidad de la conversión forzada bajo la
amenaza de expulsión que impusiera Sisebuto veinte años antes, ídem, pp. 210 ss.
[65] El
antisemitismo se manifiesta sobre todo a partir de la conversión de Recaredo al
catolicismo en 589, pero tiene escasos efectos prácticos, como el Estado
visigodo en general, Claudio SÁNCHEZ ALBORNOZ, Los judíos en los reinos de Asturias y León (732-1037), p. 1617;
David ROMANO, Judíos hispánicos en los
siglos IV-IX, p. 259.
[66] La norma es la
hegemonía social de las actitudes tolerantes hasta las conversiones colectivas en gran medida simuladas- impuestas por el
decreto de expulsión de 1492, Carlos
BARROS, "El otro admitido. La tolerancia hacia los judíos en
[67] O Tombo de Celanova, tomo II, p.
794-795.
[68] Muzalha es una
variante femenina del antropónimo Muza, que hizo muy popular el vencedor de los
visigodos y ocupante triunfal de
[69] Otra
prueba más de que para todas las clases sociales la jurisdicción de monasterio
y de Galicia incluía lo que, pasados dos siglos, será el reino de Portugal.
[70] O Tombo de
Celanova, tomo I, p. 240; las
restricciones para vender las heredades recibidas siguen manteniendo de
alguna forma a Muzalha y sus herederos vinculados al monasterio de Celanova,
véase también Claudio SÁNCHEZ ALBORNOZ, "Los libertos en el reino
astur-leonés", Instituciones medievales
españolas, México, 1965, pp. 317-351.
[71] Por ejemplo
los siervos Ceti y Muza que, en 926, Gunteringo entrega a su mujer Gontrode, O
Tombo de Celanova, tomo II, p. 796.
[72] O Tombo de Celanova, tomo I, p.
240.
[73] Lo normal que
los nombres musulmanes guarden relación con una religión y etnia musulmana, si
bien sabemos por segundos datos que judíos mercaderes en Aragón, a fines del
siglo XII, sin duda de origen andalusí, exhiben nombres tan árabes como Abul
Hasan y Musa de Tudela, Luis SUÁREZ, Judíos españoles en
[74] José M.
ANDRADE, "Las villae en la Galicia de la mutación feudal: el caso de
Celanova", A guerra en Galicia, III
Semana Galega de Historia, Santiago, 1996, p. 285.
[75] O Tombo de Celanova, tomo I, p. 362.
[76] O Tombo de Celanova, tomo II, p. 958.
[77] Ana BOULLÓN, Antroponimia medieval gallega (siglos
VIII-XII), Tübingen, 1999, p. 408; Eligio RIVAS, Onomástica persoal do
Noroeste hispano, p. 267.
[78] El paso de segundo a primer nombre, puede indicar tanto
la conversión al cristianismo como un origen andalusí más o menos remoto.
[79] En
1151,
un caballero llamado Sarraceno participa en la donación de una villa al
monasterio de Toxosoutos, Os documentos do Tombo de Toxosoutos, p.
632.
[80] En 1112, el sayón real Sarracino interviene en un
pleito del Monasterio de Celanova con un
particular, O Tombo de Celanova, tomo II, p. 756; entre 985 y 1091
tenemos asimismo en el Tumbo de Samos cuatro Sarracenus identificados
sucesiva con un conde y tres oficiales señoriales (comes, iudex,
maiorinus y comites domno), Antroponimia medieval gallega (siglos VIII-XII), p. 408.
[81] En 1026, aparece
un Serracimno en Baroncelli entre los homines
de criatione de Celanova, O Tombo de Celanova, tomo II, p. 647.
[82] Jacques HEERS, Escravos e servidâo doméstica na Idade Média
no mundo mediterrâneo, Lisboa, 1983, pp. 25-30.
[83] Publica José Luis LÓPEZ SANGIL, La nobleza altomedieval gallega.
[84] O Tombo de Celanova, tomo I, p. 517.
[85] No confundir
con la secta herética de los ismaelitas (siglo VIII) que toman como referencia
fundacional a un imán posterior el hijo ilegítimo de Abraham.
[86] En Templo de Salomón ha sido, con todo,
motivo de disputa entre judíos y musulmanes a lo largo de los siglos, por ser
también lugar sagrado para los árabes- desde allí Mahoma ascendió al cielo,
según el Corán- que edificaron la Mezquita de Al-Aqsa cuando ocuparon Jerusalén
en el siglo VII.
[87] Jacques HEERS, op. cit., .pp. 33, 77, 86, 100, 105,
138, 176.
[88] O Tombo de Celanova, tomo I, pp. 217,
223 ; tomo II, p. 647; véanse más casos gallegos altomedievales en Onomástica
persoal do Noroeste hispano, pp.
225, 234; Antroponimia medieval gallega
(siglos VIII-XII), p. 329 ; Escravos
e servidâo doméstica na Idade Média no mundo mediterrâneo, pp. 77,
138 ; sobre la sinonimia medieval en general (desde San Isidoro) entre moro, negro, oscuro
y pagano, véase Joan COROMINAS, Diccionario
crítico-etimológico castellano e hispánico, vol. IV, p. 151.
[89] El nombre
germánico de Goldregodo o Guldregodo aparece asociado en la documentación de
Celanova a poseedores y mujeres nobles, O Tombo de Celanova, tomo II, p.
906.
[90] Véase la nota 88.
[91] El documento de manumisión de Iulia no tiene
fecha, está en todo caso entre los siglos X y XI, abanico temporal de este Tumbo
de Celanova.
[92] La
denominación de la cancillería de Ordoño II cuando en 911 dona 33 siervos musulmanes, "gente hismaelitarum"
algunos de ellos conversos (O Tombo de
Celanova, tomo II, p. 627), para nada llega tan lejos como la carta de manumisión de
[93] O Tombo de Celanova, tomo I, p. 517.
[94] Marván es un antropónimo que aparece, con diversas
grafías, en varios documentos medievales peninsulares, su uso más conocido -e
influyente- está en los nombres propios de la dinastía de los omeyas desde
Marván I (684-685): en 750 muere, en Damasco, en manos de los rebeldes
abbasidas, el califa omeya Marván II, a quien le sucedió dinásticamente
Abderramán I, primer emir de Córdoba.
[95] Encontramos
dos menciones más a Iulia en la documentación altomedieval de Celanova, en
ambos casos mujeres de condición servil o plebeya, no podemos descartar que alguna
de ellas sea nuestra Iulia musulmana: se trata de una sierva que Gunterigo
entrega en
[96] Es este caso
específico, metodológicamente, los segundos y complejos datos anulan al primer
dato nominal, al menos si cedemos a la tentación de una aproximación simplista.
[97] Todavía
Cervantes incluye en Los trabajos de
Persiles y Segismundo (1617) una famosa hechicera judía llamada Iulia /
Julia, mujer de Zabalón, "Contexto
histórico y tratamiento literario de la hechicería morisca y judía en el Persiles", José-Ignacio Díez,
Luisa-Fernanda Aguirre, Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society
of America, vol. 12, nº 2,
1992, pp. 33-62.
[98] Gracias a las advocaciones de las iglesias
locales y al conocimiento de la vida de los santos a través de
[99] El documento
fundacional de 942 del monasterio de Celanova no hace referencia alguna a la
regla benedictina, si bien hay claros indicios de una posterior
benedictinización que se refleja, a fines del siglo XII, en la biografía de San Rosendo, Ordoño de Celanova: Vida y milagros de San
Rosendo, p. 145; Antonio LINAGE CONDE, Los
orígenes del monacato benedictino en
[100] Ordoño de Celanova: Vida y milagros de San
Rosendo, p. 137 nota 69
[101] Manuel NÚÑEZ, Arquitectura prerrománica, Madrid, 1978,
pp. 261, 268-269.
[102] En el siglo
XII se habla de su "maravillosa labra que suscita la admiración de cuantos lo
contempla", Vida y milagros de San
Rosendo, p. 143.
[103] Véase la nota 57.
[104] Otras iglesias
construidas bajo la influencia de San Rosendo (San Martín de Mondoñedo, San
Martín de Pazó, Santa María de Vilanova) no manifiestan tendencias islámicas
tan marcadas como la que mandó hacer su hermano Froila en Celonova, Arquitectura prerrománica, pp. 237-255.