�Galicia:
muertos que quieren �vida*
Carlos Barros
Universidad de
Santiago de Compostela
En la tradici�n gallega de
Amador y Daniel (36 a�os, padres de familia) murieron el 10 de marzo de 1972 en
el Ponte das P�as, cuando se
manifestaban pac�ficamente con sus compa�eros de los astilleros Baz�n (Xulio
Aneiros, Rafael Pillado, Manuel Amor, Jos� Mar�a Riob�o, Ignacio Fern�ndez
Toxo...), ahora Navantia, en pro de sus demandas laborales. Desde entonces,
cada 10 de marzo sus compa�eros se manifiestan en su recuerdo. En 1997, el
Parlamento de Galicia, a petici�n del Sindicato Nacional de Comisiones Obreras
(CC.OO.), reconoci� el 10 de marzo como D�a de la clase obrera gallega.
Los trabajadores de los diferentes sindicatos contin�an recordando ese d�a a�o
a a�o a sus compa�eros ca�dos en la masacre de 1972, que no descansan desde
hace cuatro d�cadas por culpa de otros... Dicen los colegas de derecho internacional
que los cr�menes de lesa� humanidad nunca
prescriben, aunque haya ley de amnist�a-impunidad, si bien creo que en Espa�a no
se promulg� tal impunidad en la amnist�a de 1977. Despu�s de 40 a�os, sigue
pendiente una investigaci�n judicial democr�tica sobre el ametrallamiento de
los trabajadores de Ferrol, �que tenga
por �finalidad identificar y procesar a
sus autores materiales e intelectuales.
Moncho
Reboiras (25 a�os), perito industrial y militante nacionalista, muri� el 12 de
agosto de 1975 en la calle da Terra tambi�n
en Ferrol, como resultado de las balas que le dispararon polic�as franquistas por
la espalda, como demuestra la camisa que llevaba y conserva su familia. Cada 12
de agosto su partido,
Humberto
Baena (25 a�os), muri� el 27 de septiembre 1975 con los �ltimos fusilados del
franquismo, Garc�a Sanz y S�nchez Bravo, sus compa�eros del �Frente Revolucionario Antifascista y
Patri�tico de (FRAP), y los miembros de ETA, Txiki y Otaegui. Penas de muerte
contra las que hubo manifestaciones en Espa�a y una gran �solidaridad internacional que no� hizo dudar a Franco: las firm� dos meses
antes de morir. Luis Eduardo Aute inmortaliz� en la canci�n Al Alba el sufrimiento
colectivo que caus� en muchos espa�oles del momento esos cr�menes de Estado. Humberto,
estudiante de Filosof�a en
Los
avances en Espa�a y en otros pa�ses de la recuperaci�n de la memoria hist�rica,
y del derecho internacional y las instituciones internacionales relativos a la
persecuci�n universal de los delitos imprescriptibles de lesa humanidad, est�n
creando nuevas condiciones para que se haga justicia en Galicia y Espa�a con
las v�ctimas del franquismo (sin restricciones temporales). Tambi�n ayuda el
esc�ndalo nacional e internacional causado por el procesamiento del juez Garz�n
justamente por tratar de enjuiciar los actos criminales del
franquismo. Esc�ndalo y movilizaci�n subsiguiente que evitaron su condena por
prevaricaci�n de parte del Tribunal Supremo que logr�, a cambio, su
expulsi�n de la carrera judicial por la investigaci�n de la corrupta trama
G�rtel del PP. El llamado Tribunal Supremo se vio, �con todo, en la obligaci�n de reconocer la
legitimidad de la posici�n de Garz�n y otros juristas espa�oles y
organizaciones internacionales, contra el poder judicial espa�ol que sigue defendiendo
contra derecho, arropado por los partidos mayoritarios, que
La caza judicial contra Garz�n dej� claro ante el mundo entero -en los
�mbitos jur�dico, social y pol�tico- que en Espa�a no se va a poner en pr�ctica
hoy por hoy el derecho internacional, en cu�nto a persecuci�n de los cr�menes
del franquismo, y menos con un del Gobierno del Partido Popular. Lo que abre la
posibilidad legal de que se aplique� el
principio de jurisdicci�n universal, en lo que fue pionero Garz�n, buscando en otro
pa�s lo que en Espa�a no es posible. Enjuiciamiento exterior que permite, en
coherencia con ordenamiento jur�dico internacional, el alargamiento de la
protecci�n judicial a las v�ctimas hasta el final de la dictadura. Mientras que
el rechazado Auto de Garz�n de 2008 s�lo abarcaba hasta
1952 los delitos de asesinato,�
tortura y otros cr�menes de motivaci�n pol�tica cometidos por las
franquistas, sus instituciones, sus �rganos represivos.
Se consolida as�, en este a�o de 2012, una v�a �internacional para juzgar los cr�menes del
franquismo entre el 17 de julio de 1936 y 15 de junio 1977, incluidos los
asesinatos de los gallegos Amador, Daniel, Moncho y Humberto. La justicia
universal sobre los cr�menes del franquismo est� abierta en este momento en dos
instancias internacionales: la justicia argentina y el Tribunal de Estrasburgo.
La jueza federal Mar�a Servini abri� en 2010 una causa
contra el franquismo, apoyada por
La
segunda opci�n es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que, en febrero de
2012, admiti�
a tr�mite una demanda del F�rum per
Paralelamente,
Aunque
los avances institucionales de la justicia y la verdad hist�rica sobre el
franquismo son ahora m�s internacionales que nacionales, tambi�n se dan en
Espa�a, d�nde enfrentamos una paradoja: los partidos que m�s defienden (con
raz�n) memoria y reparaci�n para las v�ctimas del terrorismo, cuyos autores est�n
ya en su gran mayor�a presos y condenados por la justicia democr�tica, son los
que m�s se oponen a la concesi�n de los mismos derechos humanos y democr�ticos,
incluido el derecho a la justicia, a las v�ctimas del franquismo. Doble rasero
de algunos �pol�ticos �espa�oles que obstaculiza el proceso de paz en
el Pa�s Vasco. De ah� que valoremos que el Gobierno Vasco, presidido por el
PSOE, est� preparando un decreto
para reparar a las v�ctimas vascas de la polic�a espa�ola entre
1968 y 1978, como los etarras Txiki y Oteagui, fusilados el mismo d�a que Baena
y S�nchez Bravo; los obreros de Vitoria ametrallados en 1976 y otros represaliados
violentamente (tambi�n los torturados). Un paso adelante, pues, para la paz y
la regeneraci�n de la democracia en Espa�a, por mucho que se quiera desvincular
esa violencia policial y militar del r�gimen franquista (lo llaman
excesos de la polic�a), o reducir la reparaci�n de las v�ctimas a
una compensaci�n econ�mica, sin investigaci�n judicial ni verdad hist�rica.
Este
punto de inflexi�n en el Pa�s Vasco, que va a tener se quiera o no influencia
en el resto de Espa�a, extiende como la justicia argentina la reivindicaci�n
colectiva de la memoria hasta 1977/1978 y tuvo ya una consecuencia simb�lica sin
precedentes: el 3 de marzo de 2012, la portavoz del Gobierno Vasco deposit� en
Vitoria unas flores de homenaje
en el monumento a los cinco miembros de CC. OO y UGT muertos a tiros
por participar en una asamblea de trabajadores, como en Ferrol. En el mismo
acto tom� la palabra una� representante
de la pionera Asociaci�n de V�ctimas del
3 de marzo (nacida en 1999) que, una vez m�s, pidi� que se haga
justicia con los muertos de Vitoria durante el �ltimo gobierno de la dictadura,
presidido por Arias Navarro. Llegar� un d�a en que una Xunta de Galicia har� lo
mismo en Ferrol un 10 de marzo, d�a de la clase obrera gallega, junto con los
sindicatos.
Dijo,
en 1937, Castelao aquello de �non enterran cad�veres, enterran �semente�: ha llegado la hora de que las
simientes florezcas y los muertos del franquismo descansen en paz en el cielo
de los justos.